Los bailes y los goles hacen a ‘The Brothers’
El príncipe de Bel Air
Al norte de París, crecía y vivía
sin hacer mucho caso a la policía.
Jugaba al fútbol sin cansarme demasiado
porque por las noches me sacaba el graduado.
Cierto día jugando en Francia, con amigos,
unos tipos de España me metieron en un lío.
Y mi agente me decía una y otra vez:
¡Con Suárez y JIM irás a Valladolid!
Llamé a un taxi y cuando se acercó
su molona matrícula me fascinó.
Quería conocer a la clase de jugadores
que me esperaba en Pucela, con aire sonriente.
En el mes siete llegué a aquella casa
Y salí a presentarme y de farra.
Estaba en Zorrilla y la cosa cambiaba.
Mi trono me esperaba, el príncipe llegaba.

¿Que por qué es Bergdich Will Smith? Obviamente, no podía ser el Tío Phill ni tampoco la exuberante Hillary. El mayordomo, Geoffrey, tampoco le pega demasiado porque el bueno de Zakarya es más de meterla que de asistir. ¡Ya está! Si alguien sabe de meterla en el barrio de Bel Air es Will Smith, y no, no me refiero a la siempre espeluznante habilidad del joven de Philadelphia para encandilar un tropel de mujeres mayor que los metros cuadrados de la mansión Banks, no. Me refiero a su innegable habilidad frente a un aro y un tablero.
Al igual que Will era el único capaz de meterla en el paupérrimo equipucho de su high school en Bel Air, Zakarya Bergdich está llamando, poco a poco, a la puerta del pichichi blanquivioleta. Gol tras gol, MVP tras MVP. Y ojo, que de esto ya se habló aquí, que los blancos no la saben meter y que Dios bendiga el desacuerdo con el Torino para que Caballo Loco no se fuera en verano. Ahora, con la distancia y el ventajismo que el tiempo proporciona podemos decir: ¡Qué bueno que viniste Will, qué bueno que está aquí nuestro ‘Man in black’!
Mira quién baila
Quizás, el nombre de Alfonso Ribeiro no les diga demasiado. Para algunos puede sonarle al próximo hombre a prueba en el Real Valladolid o al jefe de un cartel de la droga en Colombia. Si lo que le ha venido a la cabeza es lo último, quizás no esté demasiado desubicado. Centrémonos. El señor Ribeiro, en realidad, es el actor que interpretaba al mítico Carlton Banks en ‘El príncipe de Bel Air’. Y ya que estamos suponiendo, supónganse que Johan Mojica es el mismísimo retaco de la familia Banks. Quizás la relación no les parezca tan descabellada ateniéndose a los bailes que el cafetero se marca tras cada gol.
Si Will Smith era el que encestaba, Carlton era el que bailaba. Bien es cierto que el sobrino de Phil también movía el body y bien que se le daba, no como el basket a su hijo, quien tantas veces frustró los sueños baloncestísticos de su equipo. Para resarcirse, Ribeiro, y no su personaje, se ha enfrascado en la aventura del ‘Mira quién baila’ americano. Sí, ha revivido sus míticos bailes, como hace Mojica cada vez que marca.
Los bailes y los goles hacen a ‘The Brothers’. Y aunque en esta analogía que ha precedido más primos que hermanos hayan sido, se debe recordar que ellos no actúan solos, que Bergdich estará disponible para el próximo día de fiesta y que bailando, bailando, sus cuerpos llenaran el vacío, como diría el hijo de Julio Iglesias, otro que de meterla (pese a ser portero) y de bailar, sabe un rato.