Dani Vega se ha convertido en la gran sorpresa de lo que va de campaña en la cantera del Real Valladolid. Máximo goleador de la pretemporada del Promesas, con el que debutó marcando al Real Oviedo una semana después de hacer cuatro goles al Puente Castro, ya se ha ejercitado a las órdenes de Rubi

En el primer entrenamiento de la pretemporada del Real Valladolid Promesas hubo varios jugadores que no aparecían en la relación de anunciados para el comienzo de la preparación. Es la tónica habitual de cada verano –y no es una crítica–; jugadores a prueba, fichajes de última hora y algún canterano llamado en el último momento acompañan a aquellos a los que se esperaba.
Este último caso fue el de Dani Vega, un delantero de diecisiete años que se sumaba a los Dani Hernández, Mario, Pelayo e Isma Casado que se sabía que iban a estar. Sorpresa para más de uno, venía a completar el grupo directamente desde el Juvenil de Liga Nacional, con el que compitió la pasada temporada.
Aunque no sorprendió a todos, puesto que algunos tenían ya su nombre marcado en rojo. La sorpresa es ahora, una vez ha arrancado la temporada y ha saltado ese listón que la dirección deportiva viene explicando desde su llegada que todo canterano debe superar para ganarse una oportunidad.
Ese mismo día, alguien que conoce bien los gustos futbolísticos de Rubén de la Barrera viene a decir en un corrillo que el gallego, a buen seguro, acabará prendado del atacante extremeño. Y el tiempo le ha dado la razón. El tiempo y el propio Dani Vega, con la buena pretemporada que realizó. Fue el máximo goleador, con cinco tantos anotados, tres de ellos en el Trofeo Diputación, en el que nadie marcó más que él.
Aunque su lugar estaba en el Juvenil División de Honor. Estaba y está, pese a su rutilante inicio de campaña. Es su sitio natural, después de cumplir con crecer en la Liga Nacional el pasado curso, a las órdenes de Paco de la Fuente. Entonces, anotó cerca de veinte goles y se convirtió en el segundo máximo goleador del grupo, después de Juli, entonces en el Colegios Diocesanos y hoy en la Cebrereña, en Tercera División.
También entonces, principalmente hacia el final de la competición, demostró estar por encima del nivel medio de la categoría, al igual que su buen amigo Mayoral, con quien comparte ratos libres y está llamado a compartir ataque. El abulense, incluso, dispuso de minutos en Tercera División con la Unión Deportiva Santa Marta. El día que viajaba a Tordesillas, el Liga Nacional del Pucela jugó en el Felicísimo ante la Sur y más de un ojeador aprovechó para hacer doblete.
Precisamente contra el conjunto encarnado, en la apertura del curso en la máxima categoría juvenil, jugaron juntos. La Sur consiguió dar la sorpresa y llevarse un punto de Los Anexos en un encuentro en el que Dani Vega inauguró el marcador. Sería el primero de los cinco goles que ha marcado hasta el momento en División de Honor, puesto que, dos semanas después, haría cuatro al Puente Castro leonés.
Y entonces llegó la traca. Una semana después, sus compañeros viajaron a Madrid para enfrentarse al Unión Adarve, mientras él se quedaba en casa; convocado con el Real Valladolid Promesas de cara al enfrentamiento en Zorrilla ante el Real Oviedo. Y no solo fue citado, sino que debutó, y lo hizo con un golazo; un latigazo de zurda, desde fuera del área, ante el que Esteban nada pudo hacer.
Foto: Rosa M. Martín
La «predilección» de Braulio
Después de llevarse el Trofeo Diputación, Rubén de la Barrera anticipó que era un jugador al que iba «a recurrir», y no ha faltado a su palabra. No «por postureo», como el propio técnico afirmó después de batir al Mojados, sino porque se lo viene ganando en cada sesión. Como su primer contrato profesional, sellado antes de ese encuentro ante el Oviedo. Como cada elogio y su oportunidad a las órdenes del técnico del primer equipo.
La lesión de Roger provocó una promoción interna que llevó a Guille Andrés a ser convocado con el primer plantel contra el Real Betis Balompié y a Dani Vega a ser titular en Mareo, contra el Sporting B. Y, al margen de los goles, su rendimiento y su proyección han llamado tanto la atención dentro de la entidad que el mismísimo Rubi le ha llamado a filas y Braulio lo ha definido como su «predilecto».
Lo hizo la semana pasada, en una entrevista realizada por Deportes Cope Valladolid. «Es un chico por el que tengo predilección y vamos a poner todo lo que podamos en el camino para que tenga la oportunidad de llegar al primer equipo», manifestó el director deportivo, quien destacó, empero, que tanto él como Mario, Toni o Anuar, otras tres firmes promesas, «son chicos muy jóvenes que necesitan todavía formarse».
Una vez se han «acelerado los procesos» con los juveniles, el gallego acostumbra a hablar de un listón. «No podemos regalar la camiseta del Real Valladolid, pero les damos la oportunidad con hechos, no con palabras; al tener a veinte jugadores el en primer equipo, el que se lo gane va a jugar», explicó con motivo de la política de cantera.
Mientras De la Barrera hace referencia «al DNI» y al trabajo continuo, en alguna ocasión Rubi se ha referido también a las opciones de los jugadores de las categorías inferiores hablando del mismo listón que el director deportivo; de ese que Dani Vega viene elevando desde que empezó la pretemporada con el Real Valladolid Promesas.
La pregunta es, ¿cómo? Obvia decir que con voluntad. Y por medio de unas condiciones innatas importantes. Es un delantero fuerte, corpulento, con una gran capacidad de arrancada. Su potencia le permite jugar escorado a una banda, como en el arranque de la temporada pasada y en esta, en el División de Honor, aunque se mueve mejor por dentro. Es técnico, resolutivo y con gol, lo que, unido a su insultante juventud –cumplirá la mayoría de edad en enero–, le convierte en uno de los jugadores de mayor potencial de las categorías inferiores.