Iván Casado, uno de los capitanes del Real Valladolid Promesas, habló esta mañana de cómo afrontan el partido de este domingo ante el Real Oviedo
Foto: Sergio Sanz
Si había una fecha especial marcada en el calendario tanto de aficionados y jugadores del Real Valladolid Promesas, sin duda era la de este fin de semana. Siempre es bonito jugar contra un equipo grande –por historia, que es lo que cuenta, más que por dinero– y si le añades que es contra un equipo hermano y además te dan la oportunidad de jugarlo sobre el césped del José Zorrilla, la alegría es más grande si cabe.
De eso ha hablado esta mañana Iván Casado, el portador del brazalete en los cinco partidos oficiales que el filial blanquivioleta ha disputado hasta el momento. Ante los micrófonos, reconoció que les supone «un partido muy interesante y bonito de jugar», entre otras cosas, «por la expectación que está creando y porque jugamos en el estadio, en donde no estamos acostumbrados a jugar».
El equipo de Rubén de la Barrera lleva toda la semana trabajando para intentar conseguir los tres puntos este domingo, puntos que llegarían de la misma manera que en los partidos anteriores en que se han conseguido. «Seguimos la rutina de trabajo de todas las semanas. No porque sea el Real Oviedo, que en teoría es un rival bastante grande, cambiamos la dinámica. Trabajamos con la misma intensidad», explicó el central.
No solo trabajan del mismo modo, sino que también estudian a su rival –al igual que todas las semanas– para ver dónde pueden o no fallar. «Hablamos de cómo juegan ellos y los puntos fuertes que tienen. A partir de ahí, intentamos practicar nuestro juego», comentó Iván, a lo que añadió «no tenemos miedo a lo que pueda pasar en el partido».
Teniendo en cuenta que el carbayón es un conjunto formado por gente más experimentada, fue cuestionado por si la juventud pasaría –y pasa– factura en los partidos que han disputado y que les queda por disputar. «Obviamente, se nota», reconoce sin rubor, «pero con la manera de trabajar y la intensidad que mete el entrenador, suplimos perfectamente la veteranía de otros equipos con nuestra juventud».
Precisamente él fue uno de los que, en el último partido del Promesas en casa, contra el Compostela, pecaron de inocentes. Reconoce que así fue, que pudieron adolecer de cierta «inexperiencia», si bien afirma creer que, «según vaya avanzando la temporada», se irán «asentando en la categoría» e irán «a más».
A pesar de ello, el comienzo del filial vallisoletano no ha sido para nada malo, por lo que si alguien se pregunta cómo responderán los jugadores ante un partido de este nivel, Iván facilita la respuesta. «Vamos a salir con intensidad, a tratar de tú a tú al Oviedo, y que después pase lo que tenga que pasar», y, reitera: «No tenemos miedo».
Vamos; como tampoco se lo tuvieron a los anteriores rivales, a los que en tres ocasiones dejaron con las manos vacías. ¿Quién es el culpable de ese buen comienzo? El central no lo duda. «Tenemos un entrenador que exige mucho a los jugadores, nos exige mucha intensidad, que trabajemos muchísimo tanto en defensa como en ataque. Quiere que los once que salten al campo más los cinco que están en el banquillo estén metidos en el partido y ninguno tenga un minuto de desconexión; eso hace que los resultados que estamos teniendo sean tan buenos».
Foto: Rebeca Díez
Partido nuevo, nuevo rival –nunca se han enfrentado– y nuevo escenario para que el domingo a las doce del mediodía Real Valladolid Promesas y Real Oviedo se vean las caras. El césped natural del José Zorrilla dejará a un lado su jornada de descanso para ver como el filial blanquivioleta intenta dejar la victoria en casa, algo que no sucedió la última vez que jugó allí, en el play-off de ascenso a Segunda B de la temporada 2009/10, ante el Llanes.
Pero, ¿echarán de menos los jugadores del Promesas el tapete artificial de los Anexos? Iván Casado reconoce que no. «Nosotros siempre queremos jugar en hierba natural, porque creemos que podemos dar mucho más». De hecho, la intención, también del club, era que este año se jugase en esa superficie, pero… El central y sus compañeros están encantados con la posibilidad de hacerlo, y más en Zorrilla. «Creo que nos vamos a encontrar muy a gusto jugando en el estadio», afirmó.
Quienes se encontrarán como su casa serán los más 2.000 aficionados del Oviedo que se desplazarán el domingo a una –ya fría– capital del Pisuerga. Tampoco eso les asusta, aunque Casado sí tiene un deseo para con la afición, para contrarrestar a la asturiana: «Esperamos que también venga bastante gente de Valladolid y que nos apoyen como si fuese un partido del primer equipo. Si los del Oviedo gritan mucho, que los nuestros griten más».