Es la historia de uno y de todos, de los que son del Real Oviedo porque circula por sus venas o porque el Real Valladolid les hace latir el órgano que les hace vivir
Borja García Álvarez es el abonado «dieciocho mil y pico» del Real Valladolid y uno de tantos aficionados que, por un motivo u otro, animan desde la distancia. Lo hace desde la misma que se recorrerá este domingo el Real Oviedo para llegar hasta el José Zorrilla y vivir un encuentro, cuanto menos, emotivo.
Efectivamente, el número no lo lleva grabado a fuego. Pero hay otro que nunca se le olvida, formado por un cuatro, un nueve, un siete y un cero. Sin tener rareza alguna ni ser capicúa, para Borja es especial por lo que significa. Porque representa su unión a un grito, «¡puxa Uviéu», que su voz profiere en el Tartiere desde 2007. «Soy carbayón, sí, pero mi segundo equipo es el Real Valladolid», presume Borja en la misma semana en la que se enfrentan sus dos amores; un sentimiento que viene a ratificar el hermanamiento existente entre ambas aficiones.
Desde la distancia nació la amistad con Alberto Pérez, más conocido como ‘Panu’ por casi cualquier pucelano que se precie. En uno de esos viajes por España, se produjo el encuentro entre dos amigos cuando el vallisoletano se desplazó hasta el Carlos Tartiere.
Poco a poco, los viajes se fueron sucediendo y los lazos, estrechando. «Empezamos a compartir pasiones porque él es también del Real Oviedo y yo, seguidor del Real Valladolid», reconoce, recordando, con nostalgia, su primera visita al José Zorrilla, un Valladolid – Xerez con victoria local y de la amistad que uniría a ambos por el deporte.
Este año, sí
Zorrilla abre sus puertas para el filial del Real Valladolid. Y lo hace, básicamente, porque blanquivioletas y carbayones vuelven a encontrarse este fin de semana en partido oficial ‘gracias’ al Promesas. El encuentro se vivirá como una fiesta, a la espera de que, dentro de un par de temporadas, se abra para los dos el telón de Primera División, un lugar que históricamente pertenece a ambos.
Pasito a pasito, que el camino es corto o largo, con un único salto para la afición pucelana y dos para los ovetenses. Pero es esta última –representada por nuestro protagonista– la que espera para esta temporada el ansiado ascenso. «Por afición, por institución, por historia», alude Borja a esas partes de un todo que hacen de la afición del Real Oviedo una de las mejores de España. Como muestra queda la ‘invasión’ a los campos cuando juegan a domicilio, cuando 4.000 de los 14.000 socios se desplazaron hasta León, sin olvidar la categoría en la que milita el conjunto.
La misma que comparten con el Promesas, al que ve como un gran bloque con un entrenador como Rubén de la Barrera, quien ya lo demostró la campaña pasada con el Guijuelo. «Es un equipo joven, pero con buenos jugadores como Jorge Hernández o Javi Navas que marcan la diferencia», analiza como aficionado del Oviedo. Diferentes aspiraciones, por lo tanto, las de los equipos que serán rivales –aunque hermanos– el próximo domingo en el Zorrilla.
Nostalgia de volver a un mítico estadio
Regresan para ganar, convencidos de que el camino para el ascenso ha comenzado. Él, como muchos otros, siente que es un partido especial aunque considera que el Real Oviedo tendría que jugar con el primer equipo. «Ha sido todo un detalle, por parte del Real Valladolid, el precio de las entradas y poder jugar en el José Zorrilla», apunta señalando que mucha gente de Oviedo va tener nostalgia de volver a ese mítico campo.
Allí, en el ‘estadio de la pulmonía’ espera cantar los goles de su Oviedo ya que es por él por quien da todo. Se atreve, incluso, con una porra: «Apuesto por un uno a tres, con goles de Linares, Susaeta y el ex del Promesas Sergio García». Y es que el Oviedo tiene un equipo con jugadores como Esteban o Jonathan Vila que marcan la diferencia necesaria para aspirar a la división de plata. Por su parte, el objetivo del filial será la salvación, aunque podrían aspirar a cotas más altas, a pesar de que «en septiembre sea difícil valorarlo» como aficionado.
Como aquel que desea suerte a un hermano y desea para sí lo mismo: que Oviedo y Pucela sean siempre de Primera. Las aficiones, de momento, ya lo son.