El enfrentamiento contra el Racing de Santander en Segunda División de este domingo dista del vivido en tierras cántabras hace ya más de doce años

Último día del mes de agosto del año 2002. Después de un verano en el que el ‘Aserejé’ conquistó bares, chiringuitos y playas como las de El Sardinero, el Real Valladolid de Gonzalo Colsa, Fernandos Sales, Óscar y unos cuantos más se disponía a iniciar la temporada liguera visitando a un Racing de Santander en el que sobresalían nombres como el de Munitis, Benayoun o Javi Guerrero.
Para esa temporada, el delantero elegido para llevar al Real Valladolid hasta la permanencia fue un joven llamado David Aganzo, promesa del fútbol español en el que había sido internacional en categorías inferiores gracias a su estancia en la máquina de futbolistas merengue. Por entonces, le contemplaban unos imberbes veintiún años, y de difícil forma podría imaginarse el destino que el sino le deparaba; el de ser un auténtico ‘trotamundos’ del mundo del fútbol: Levante, Racing de Santander, Deportivo Alavés, Rayo Vallecano, Hércules, Aris Salónica… y ahora en el CD Lugo, último verdugo blanquivioleta.
Tampoco podría imaginarse que en ese día, en ese 31 de agosto, el propio Aganzo haría historia para el Real Valladolid. Y es que en ese día, en ese postrero día del noveno mes del año, el bueno de Aganzo haría, en el minuto noventa, el gol que daría la victoria al Real Valladolid y que, a la vez, conseguiría que el Real Valladolid, por última vez en su historia, durmiera como líder de la clasificación de la mejor liga del mundo.
Con ese gol, el delantero de Leganés entraba en la historia blanquivioleta, probablemente sin saberlo. Ese tanto, primero de los nueve que anotó en liga en aquella temporada, se tornó en importante para lograr la permanencia final, aunque no de manera tan vital como la interacción de un espectacular Gonzalo Colsa en la que fue su única temporada como blanquivioleta, al igual que Aganzo.
Siendo sinceros, el Real Valladolid durmió líder por el simple hecho de jugar en sábado, mientras que todos los demás lo hicieron en aquella primera jornada en domingo, salvo el Real Madrid, que doblegó al Espanyol por dos a cero en lunes. En aquel partido, el Racing mereció más, pero la defensa de cinco hombres de Pepe Moré fue infranqueable.
¡Cuán lejos nos quedan ya esos tiempos! Un Real Valladolid con una defensa contundente, con canteranos del Real Madrid –el gol de Aganzo se produjo tras un rechace de Lemmens a disparo de David Sousa– y ¡líder de Primera División! También para nuestro rival de este domingo todo ha ido a peor, a bastante peor. Su actual estancia en Segunda División se divisa como un auténtico vergel dada la posibilidad no muy remota que ha tenido de desaparición y su tránsito por Segunda B.
Toca nostalgia, toca duelo con sabor a Primera División, y, también, toca recordar la última vez que soñamos con algo que era verdad, la última vez que fuimos primeros en Primera.