El Real Valladolid suma 309 días sin ganar lejos de Zorrilla en competición oficial
Si el Real Valladolid jugara todos los partidos en su estadio, los resultados serían mucho más positivos que haciéndolo también fuera. Cierto es que, por lo general, se consiguen más puntos actuando como local, pero el caso de los blanquivioletas es muy llamativo. Llevan 309 días sin ganar como visitantes y lo estarán, mínimo, otros once.
Durante esta semana hemos repasado los nefastos resultados a domicilio, donde la última victoria data del veinticinco de octubre del 2013. Parece que el equipo es como Sansón con el pelo, que lejos de Zorrilla se lo corta y pierde fuerza.
Contra el Mallorca se pudo ver a un Real Valladolid más solido y con las ideas más claras. Este sábado, ante el Lugo, el equipo se ha sumergido en un mar de dudas. El centro del campo ha sido menos resistente y los lucenses lo han aprovechado. Sobre todo en el espacio entre André Leão y Sastre y los defensas.
Esa debilidad la han intentado aprovechar los locales, aunque sin suerte hasta el gol. Una entrada de Timor a destiempo y fuera de lugar ha terminado con la falta previa al tanto del Lugo. Cuando no se está en el partido suelen ocurrir estas cosas. Igual que en la primera mitad, cuando más se han visto superados los de Rubi.
Jugar de visitante no le gusta al Pucela. No se siente cómodo. Le cuesta reaccionar y mover el balón. Hasta la segunda parte, con la entrada de Óscar Díaz, no ha empezado a crear. Pero ya era demasiado tarde. Había pocos minutos por delante y la fortuna le fue esquiva a los blanquivioletas.
Precisamente, en las botas del ‘Multiusos’ Díaz pudo terminar la maldición. El delantero se quedó solo ante el portero rival, pero el juez de línea señaló un -inexistente- fuera de juego. El Real Valladolid tendrá que llamar a un hechicero, si quiere deshacer la maldición que le impide regresar a casa con una victoria cada vez que realiza un desplazamiento. Los de Rubi tienen otras veinte oportunidades para romperla.