El lado zurdo del esquema de Rubi se plantea como el más débil tras el partido frente al Mallorca, como ya lo fuera el año pasado

Del partido frente al Mallorca, pese a no ser un encuentro excelso, se puede hacer un análisis técnico-táctico bastante interesante sobre el desenvolvimiento de los diferentes jugadores y demarcaciones. Tanto en análisis rigurosos y pseudociéntíficos de estos que abundan hoy en día, como en la más plana conclusión de cualquier aficionado que a vuela pluma se detuviera a examinar el partido, la banda izquierda, en su totalidad, sería la más señalada como el punto débil del Real Valladolid.
Es evidente, y tanto Rubi como Karpin lo sabían. El primero, y viendo que la capacidad defensiva de Berdigch siempre es menor de lo que se le presupone, dio entrada a Johan Mojica en su lugar. Al bueno de Rubi habría que preguntarle cuál es la demarcación que él estima oportuna para el cafetero, y, de paso, también para Berdigch. De momento, el colombiano sustituyó el sábado al marroquí y se colocó de interior. Nada de doble lateral.
Y eso es así debido a las acciones que intentó y desarrolló, más propias de un hombre concentrado en el ataque, en sus carreras y filigranas que en asegurar un valioso resultado. Desde la entrada de Mojica, la banda izquierda fue una verbena, y Peña no sabía si le venían por derecha o por izquierda. El resultado fue un estrépito que el Mallorca no pudo aprovechar del todo.
Y digo del todo porque Karpin sí vio el lado débil pucelano y puso ahí a su mejor hombre en el partido: Marco Asensio. El chaval, con dieciocho años, volvió loco a un desasistido Carlos Peña e, incluso, puso el miedo en el cuerpo con un remate que se estrelló en el poste izquierdo de la meta defendida por Dani Hernández.
Es evidente que el Real Valladolid no estuvo bien en su costado izquierdo, y la comparación con la banda derecha, donde Jeffren y Chica rallaron a un gran nivel, es sangrante. Por eso, yo me pregunto si de verdad el hombre de banda que se necesita tiene que venir para cubrir el lado diestro. ¿Ofrece Omar garantías de poder mejorar lo visto el sábado en el lado siniestro? Esperemos que solo haya sido un lapsus, un caso concreto. Que Mojica sí demuestre ser un jugador válido, Peña se haga valer y Omar se reivindique. Todo eso.