Xavi Carmona, Brian Oliván y Ángel García lucirán la blanquivioleta tras haber vestido de culés y merengues

La cantera, en prácticamente cualquier entidad, es fundamental para poder tener al día las cuentas. La mayoría de clubes tiene que acudir a sus filiales para sacar a jóvenes que completen sus plantillas a bajo coste o que en un futuro, que se espera no muy lejano, bien puedan otorgar beneficios si salen de sus instalaciones o bien dar alegrías a una afición que vea a un canterano que ha llegado hasta el primer plantel.
Es una mera cuestión de ideologías el uso que cada conjunto hace de sus categorías inferiores, reflejado a gran escala en la pugna que mantienen La Masía del FC Barcelona y La Fábrica del Real Madrid, dos gigantes que nutren sus canteras de futbolistas, tanto nacionales como extranjeros, que sueñan con vestir de culé o de merengue y que se destacan por ser señalados como futuras grandes estrellas del balompié.
El Barça ha venido apostando con fuerte convencimiento por su producto artesanal durante la última década y los resultados le han avalado. No fue algo inventado, pues durante el esplendor del madridismo previo a los galácticos, los jugadores que llevaban el éxito a las vitrinas habían surgido en la casa.
Esa ‘Fábrica de los sueños blancos’ era un modelo a imitar en Europa, una factoría de futbolistas que en muchas ocasiones acababan por oír sus nombres coreados en Concha Espina. Esto cambió con la entrada del nuevo siglo, pues, con la llegada de Florentino Pérez al palco del Bernabéu, el modelo se tornó puramente empresarial, se apostó por esas figuras mediáticas sin que importase el precio a pagar y se creó una política de ‘muchos Zidanes y pocos Pavones’.
Los sueños de muchos tendrían que buscar otro lugar donde cumplirse, otro conjunto que les ofreciera la posibilidad de debutar con el primer equipo. Uno de ellos, reciente, es Ángel García, que ha firmado este verano por el Real Valladolid Promesas tras crecer de blanco impoluto, en un Real Madrid al que llegó en 2003, siendo alevín, y que acaba de abandonar con veintiún años.
En los Campos Anexos al Nuevo José Zorrilla compartirá terreno de juego con un viejo conocido, que también estuvo enrolado en los equipos de La Fábrica. Se trata de Xavi Carmona, lateral derecho que llegó el verano pasado al filial procedente del Leganés, después de su paso por Valdebebas, a donde arribó en 2009 para jugar en el tercer juvenil merengue y donde alcanzó el primero, el División de Honor.
No obstante, buena parte de su formación tuvo lugar en la acera de enfrente, en las categorías inferiores del Fútbol Club Barcelona. Aunque, como tantos otros –no solo hay éxitos en La Masía; muchos son los que por allí pasan y no lo alcanzan–, tuvo que salir en busca de su hueco en el fútbol. La paradoja es que, a corto plazo, lo encontró en el Real Madrid, después de que el máximo rival, al que llegó en el 2000, le diera la baja.
Como Xavi Carmona, el lateral zurdo Brian Oliván, una de las nuevas caras del filial, creció en La Masía. Debido a su gran velocidad, fue probado en las tres posiciones del costado izquierdo, pero su rapidez no le alcanzó para coger el tren y, después de once años de blaugrana, en el verano de 2013, salió en busca de nuevas aventuras, fuera de España.
Salvando las enormes distancias, provocadas por las diferencias económicas, que también afectan sobremanera a las respectivas canteras, como ya hicieran Barça y Madrid, el Real Valladolid pretende este año apostar por sus categorías inferiores. A fuerza de persistir, Carmona, Brian y Ángel podrían acabar por hacer bueno el manido cántico, «ni Barça ni Madrid, Real Valladolid». Por el momento, Promesas.