Una vez más, el fútbol español vuelve a ofrecer su peor cara manifestada en la lucha entre la LFP, los juzgados y la RFEF
España es un país que cada 365 días retrocede un año. Lo peor del conglomerado de incongruencias que esta nación ostenta no es que estas mismas existan, hecho de por sí lamentable, sino que los trapos sucios se acaban tendiendo al sol de una forma alarmante, casi displicente, para que el hedor acabe llegando lo más lejos posible.
Dentro del desastre, palabra que compone la idiosincrasia de este país desde antes de 1898 a la actualidad, pasando por desgracias como las de Annual, existe una evasión de ‘Panem et circenses’ que supera cualquier razón razonable y, que en ciertos casos, también cualquier ley imputable. Ese prestidigitador del vulgo, en España, se llama fútbol y no está exento de las más rocambolescas ‘chapuzas’ que el macho ibérico es capaz de obrar.
La penúltima, nos atañe de una manera clara. Parece que este fin de semana arrancará el fútbol en Segunda División, aunque tenga que ser a empujón y cuesta abajo. También parece ser que el Real Murcia no estará y sí el Mirandés. El último, obtuvo el ticket del tren a Segunda División B por deméritos deportivos, mientras que el primero luchó por ascender a Primera. Al inicio de la presente, el Real Murcia jugará en la división de bronce y el Mirandés lo hará en Segunda. En definitiva, se antepone el obrar de manera ‘eficiente’ en lo económico, aunque para ello se viole la mismísima ley alegando que es de imposible cumplimiento.
Hasta ahí, el dictamen es, al menos, claro. Pero es el propio Tebas quien ve muchos agujeros en todo esto, y por ello, ya ha preparado cuatro millones de euros ‘por si las moscas’, o lo que es lo mismo, por si la justicia ordinaria vuelve a dar la razón al Murcia. No está mal la indemnización.
Con esto, no es mi intención dar la razón al Murcia, ya que no la tiene, al igual que incumplió los ratios de pago, pero sí quiero hacer notar que en un país en el que todo se salta ‘a la torera’, incluidos dictámenes judiciales, se ha antepuesto la violación de una norma económica al pan y circo pimentonero. Contra natura, obviamente, de todo lo que se ha comentado aquí antes. Se ha querido normalizar un circo y han crecido los enanos.
No obstante, por la boca muere el pez, y José Luis Acciari, capitán del Real Murcia, ha dado al traste con cualquier posible comprensión de su situación tras alegar que no entendía cómo el Murcia podía descender con doce millones de euros de deuda cuando el Real Valladolid acumula cincuenta millones. El siempre contundente pivote argentino cayó en respaldarse en cifras económicas para defender a su equipo, siendo este el tema por el que el Real Murcia jugará en Segunda B, contra el filial del Real Valladolid. Mal que le pese al bueno de Acciari.
Javier Tebas quería cortar por lo sano con un: «Te vas y no vuelves» con respecto al Real Murcia, pero está claro que con portavoces tan persuasivos como Acciari, el Murcia no dejará de estar nunca en la palestra. Al fin y al cabo, esto no deja de ser un circo en el que no hay normas que no se puedan violar, un mentidero donde cualquiera tiene voz autorizada (y cualquiera la otorga) y un desastre organizativo y económico. Esto no deja de ser España, y el año que viene, o quién sabe si antes, volverán las oscuras golondrinas.