El filial blanquivioleta ganó uno a cero y consiguió la primera plaza en la final del XXI Trofeo Diputación en la que se medirá a Simancas o Mojados, tras sufrir mucho en la segunda parte para mantener el resultado a favor

Si en algo ha insistido el nuevo entrenador del Real Valladolid Promesas es en que su equipo debe de ser protagonista en cada partido que juegue. En el día de hoy, la cita de las semifinales del Trofeo Diputación le enfrentaba con el Atlético Tordesillas.
El equipo tordesillano no vendió barata la derrota y, de hecho, mereció el empate en los últimos compases del partido, pero el tanto anotado por Sekou desniveló la balanza del lado blanquivioleta.
Rubén de la Barrera sorprendió en la alineación con Brian en el eje de la zaga, formando pareja con Ramiro, y con la presencia de Fran No en la medular, acompañado por Anuar. La presencia de uno de los capitanes del Promesas en el medio del campo otorgaba mayor libertad a los laterales, Juanjo y Juanmi, convertidos casi en carrileros.
El filial dominaba el balón sin crear apenas peligro. Diez minutos tuvieron que pasar para que se produjese el primer acercamiento ofensivo. Toni cruzó el balón al segundo palo con un centro-chut que a punto está Sekou de transformar en gol. Fue de las pocas oportunidades que se desarrollaron por la banda izquierda, en la que se colocaba el murciano en la primera parte. Posteriormente, el juego de los de Rubén de la Barrera se volcó al costado derecho, donde Navas y Juanjo atacaban continuamente.
El balón era dominado por el filial, que comenzaba desde atrás con los dos centrales a los que Fran No acompañaba para crear superioridad y facilitar que bien Brian o bien Ramiro dieran un paso al frente y fueran los encargados de conducir el balón a las zonas ofensivas –siempre con las espaldas cubiertas por el capitán y el otro central–.
Sin embargo, las buenas intenciones de sacar el balón jugado se iban en ocasiones al traste por los buenos movimientos de presión del equipo tordesillano. Esa presión liderada por el delantero Adalia, a punto estuvo de costarle caro a Jordán. Un balón que le llegaba al portero para que este despejara, le botó delante provocando el fallo a la hora del golpeo. El susto quedó ahí y el cancerbero se pudo rehacer del error.
Esta fue la mayor intentona en ataque por parte de los rojiblancos en la primera mitad. El equipo de Jesús Ángel Turiel se dedicó a contener a los blanquivioletas en la primera parte y buscar contragolpear con la velocidad de sus hombres de ataque. Pero no pudo conseguir finalizar una buena contra, y el Promesas golpeó primero.
Un buen balón de profundidad de Anuar hacia la banda derecha encontró a Juanjo. El lateral demostró su omnipresencia en ataque en el primer periodo con una gran asistencia a Sekou, que solo tuvo que empujar el balón a la red para conseguir su primer gol como jugador del Real Valladolid.
Protagonismo atlético o antagonismo vallisoletano
Tras el paso obligado por vestuarios, De la Barrera realizó un par de ajustes en su alineación: Iván Casado y Teto sustituyeron a Ramiro Mayor y a Ayub, respectivamente. El cambio de los centrales no trajo más repercusiones –fue hombre por hombre–, pero la entrada del extremeño desplazó a Toni en la mediapunta para que Navas y Teto fueran los hombres de banda.
El partido pudo haber sido bien distinto si a los veinte segundos de la reanudación Javi Navas hubiese transformado en gol su ocasión. Una diagonal desde la derecha peinada por Toni habilitó al abulense colocarse mano a mano frente a Farolo. El extremo estrelló el balón en el larguero y la ocasión se desvaneció. Fue un espejismo del Real Valladolid Promesas protagonista que el entrenador quiere conseguir, ya que la segunda parte, por deméritos blanquivioletas o méritos de los turresilanos solo tuvo color rojiblanco.
Primero Adalia desde una posición muy lejana probó suerte al ver adelantado a Jordán, pero su disparo fue desviado. Poco después, el mismo protagonista habilitaba a Quique para que de cabeza batiera al guardameta vallisoletano, sin fortuna.
Por unos minutos el partido se transformó en una especie de correcalles, donde la precisión brilló por su ausencia. Toni tuvo en sus botas el segundo gol para el Promesas, pero Farolo hizo acto de presencia y desbarató la ocasión del murciano. Poco después, Quique de nuevo, tuvo una nueva oportunidad de conseguir el empate.
Con un par de cambios, el Tordesillas consiguió un mayor número de ocasiones. El delantero Andoni se incorporó al campo, y además los rojiblancos contaban con una bala en la cartuchera: el marroquí Hamat. El pichichi de la pretemporada del Tordesillas fue un quebradero de cabeza para la defensa blanquivioleta, y en especial para Juanjo, quien pagó caro tanta presencia ofensiva en la primera mitad.
El filial seguía sin carburar en esta segunda mitad y prueba de ello fue la primera ocasión que tuvo Andoni, tras un robo en la salida de balón del filial. El susto pudo pagarse caro, pero el delantero de origen vasco no estuvo acertada ni en su primera ocasión, ni tampoco en la siguiente en la que desaprovechó un mano a mano con Jordán. La buena colocación del portero evitó el empate.
Saber sufrir
Sufrió y mucho el Promesas desde el ecuador de la segunda parte hasta el final del partido. El Torde se creía superior a su rival y así lo reflejaba en el campo. En muchas facetas, los jugadores del Atlético Tordesillas estaban un punto por delante de los blanquivioletas. Como por ejemplo Viti, que fue el más listo de la clase tras un rechace en una falta frontal. Sin embargo, cuando tenía todo de cara disparó centrado, sin apenas causar apuros a Jordán.
Hamat también tuvo su oportunidad y perdonó el empate. Una buena maniobra desde la banda izquierda, recortando a Juanjo, le habilitaba en una buena posición para el golpeo a portería, pero su disparo salió fuera. El Tordesillas –motivado por sus aficionados, que se dejaron notar en la grada– seguía aumentando la presión ofensiva y de nuevo obligaron a Jordán a realizar un mal despeje.
La pequeña reacción blanquivioleta se personalizó en dos de los jugadores más jóvenes del equipo. Primero, Toni de cabeza buscaba el segundo gol, abortado por una buena respuesta de Farolo. Y después Dani Vega en su primera ocasión estuvo a punto de seguir sumando goles en su cuenta particular. Su intento de vaselina fue detenido por el pecho de Farolo en una buena salida.
Un gol anulado a Andoni por fuera de juego cuando había resuelto con una bonita vaselina y una falta muy cercana al área a favor del Tordesillas terminaron de encender al público simpatizante de los atléticos, ya que consideraban que el gol era legal y la falta se había producido dentro del área. Esa impotencia que sufrían sus seguidores porque el empate no llegaba se incrementó cuando el lanzamiento de dicha falta el balón se estrelló en el larguero. Para finalizar el delirio, Andoni desaprovechó la última ocasión del partido mandando el balón a las nubes.
Finalmente, pese al sufrimiento, el partido acabó victoria para el Real Valladolid Promesas, que le acredita como primer finalista del XXI Trofeo Diputación. El jueves a las siete se medirá al vencedor de la segunda semifinal entre el Villa de Simancas y el Mojados.
Real Valladolid Promesas: Jordan; Juanjo, Ramiro (Iván Casado, min. 46), Brian, Juanmi; Fran No (Mario, min. 58), Anuar (Alberto, min. 63), Toni, Javi Navas (Vega, min. 74); Ayub (Teto, min. 46) y Sekou. No jugaron Dani (p. s.) ni Álex Rabadán.
Atlético Tordesillas: Farolo; Rafa, Iván López, Cristian, Sergio (Nico, min. 46); Héctor, Quique (Miguel, min. 82), Viti, Iván de Santiago (Carlos, min. 67), Tiri (Andoni, min. 58); y Adalia (Hamat, min. 56′). No jugaron Ángel ni Félix.
Árbitro: Cañíbarro Arias amonestó a Juanjo por una zancadilla sobre Hamat, Teto, por protestar y Brian, por protestar, por parte del Promesas y a Cristian, por protestar, por el Tordesillas.
Goles: 1-0, min. 36: Sekou remata a placer una asistencia de Juanjo.