El guardameta vallisoletano rechaza ofertas económicamente superiores y decide quedarse en casa. Hará la pretemporada con el primer equipo y seguirá ligado a la disciplina del Real Valladolid Promesas

Aunque Braulio confirmó ayer que Julio haría la pretemporada con el primer equipo, hablaba más desde el convencimiento de que se daría su renovación que desde la realidad, porque lo cierto es que aún no ha firmado su prórroga. Pero lo hará, esta misma mañana, en la que se prevé una actividad frenética en unas oficinas por las que deberán pasar también otros canteranos como Alberto o Iván Casado, en la misma situación que el guardameta.
La rúbrica de las dos partes pondrán fin a unas negociaciones que atravesaron dificultades, provocadas por las ofertas que llegaron al meta y las estrecheces económicas de la entidad blanquivioleta. Así, después de un primer contacto con el representante del jugador, las posturas estaban tan alejadas que daba la sensación de que podría abandonar el club. Más aún: la apuesta, además de estar lejos de lo deseado en el plano pecuniario, era por solo un año. Y el Logroñés, el Almería y el Guadalajara parecían dispuestos a mejorar esa propuesta.
Fuentes cercanas a la entidad llegaron a decir que la renovación era complicada, llegando casi a descartarla. Y venían a decir que no podrían subir mucho más. Y no lo hicieron, aunque sí lo suficiente como para que Julio decidiera prorrogar. ¿Cuándo, cómo y por qué?
El portero vallisoletano estuvo de vacaciones fuera del país, desconectado. Al volver, recibió una nueva oferta. Esta vez, se le ofrecía renovar por dos años. Y, aunque en lo económico el Real Valladolid seguía estando muy lejos de alguna de esas propuestas de fuera, hubo una ligerísima mejora. Entonces Julio habló con su entorno, valoró sus opciones y decidió quedarse.
Es de la ciudad, de la casa, y lleva más de media vida ligado al club. Dio prioridad al sentimiento y a la estabilidad, por encima de lo económico. Está convencido de que, a fuerza de trabajar, continuará labrándose su oportunidad, como ya hiciera el año pasado, pasando de ser un meta repudiado por la dirección deportiva a ir convocado a Málaga.
Precisamente, una de las cláusulas que se ha reservado en su contrato, dentro de esas mejoras ofrecidas por el Real Valladolid en segunda instancia, está una prima en caso de debut con el primer equipo en partido oficial. Por lo pronto, comenzará la pretemporada a las órdenes de Rubi, como tercer portero, a la sombra de Mariño y de un Dani Hernández que probablemente salga, presumiblemente para que llegue otro.
Luego, se supone, volverá a la disciplina del Promesas, ahora, ya sin Torres Gómez; con Rubén de la Barrera. Y, en caso de que dispute veinticinco partidos, recibirá una compensación económica, algo que no sería descartable si, como la pasada temporada, se erige indiscutible bajo los palos; defendiendo el arco de un equipo que conoce y en el que es puntal, algo que, como el poder seguir cerca de casa, de su familia y amigos, ha pesado en su decisión, que en las próximas horas, cuando plasme su firma, será oficial.