Ramiro Mayor, central procedente del Zamora, se convierte en la tercera cara nueva del filial blanquivioleta. Así lo definen quienes lo conocen

Foto: La Opinión de Zamora
La vuelta de Javi Navas a Los Anexos no es la única novedad anunciada en lo que llevamos de semana por el Real Valladolid. Ayer fue un día de mucho trasiego en las oficinas, con la confirmación de la renovación y salida de Víctor Pérez y la llegada de Roger y el fichaje de un nuevo jugador para el Promesas, el tercero en este periodo estival (entrenador al margen).
Ramiro Mayor llega procedente del Zamora, como Jorge Hernández, donde estuvo el último año y medio, tiempo en el que jugó 47 partidos que le hicieron convertirse en uno de los puntales del conjunto que dirigía Roberto Aguirre. Allí, a pesar de su juventud, se mostró «muy atento» con los canteranos que subían a entrenar con el equipo, cuenta el juvenil Tomás González.
«Cuando me enteré, me entristecí un poco, porque era uno de los mejores, tanto dentro como fuera del vestuario. Es un pedazo de central, muy seguro y con buena colocación; por arriba va como un avión«, explica el canterano zamorano, quien le desea «que triunfe, como Jorge (Hernández)».
Las buenas palabras provienen también de Raúl Nieto, un aficionado que le siguió en este año y medio en el Ruta de la Plata. «Es muy buen central. Por arriba va muy bien, tiene buena anticipación y saca el balón jugado, aunque también tiene sus fallos». Como cualquiera. Pero calidad, coinciden ambos, no les falta. Algo que demostró en el pasado hasta el punto de competir con la selección española sub 19 en el Europeo de 2010, en el que jugó cuatro partidos.
Un año más tarde, con veinte, en el filial del Zaragoza, jugó veintitrés encuentros y fue convocado con el primer equipo para disputar un partido de Copa del Rey, que se disputó el trece de diciembre de 2011, ante el Alcorcón, y en el que entró en el minuto dieciocho en sustitución del central Mateos. Guillermo Coscolla, redactor en Espíritu Deportivo, recuerda aquella etapa como «muy buena, en la que a la gente le dolió que se fuera. Los aficionados que siguen al Zaragoza solo tienen buenas palabras hacia él; el recuerdo que se tiene es muy bueno«, asevera.
En la temporada 2012/13 partió rumbo Villarreal para fichar por su filial, en donde solo estuvo media temporada. «Se encontró con Pablo Íñiguez, entre otros. Comenzó jugando, pero no rendía al máximo y en diciembre se marchó. Al finalizar la liga rompió el contrato», recuerda Sebastián Holerga, fiel seguidor del Villarreal y sus categorías inferiores.
Su equipo de destino fue el Zamora, equipo de la comunidad, en el que jugó en los últimos tiempos. Pese a que en Villarreal no le fue bien, quien le ha visto jugar no lo duda ni un segundo: «Físicamente es un toro. Es muy difícil ganarle por arriba y es rápido y contundente en la salida de balón», cuenta Sebastián, algo que corrobora Guillermo: «Su trayectoria habla por sí sola y su paso por las categorías inferiores de la selección española demuestran la calidad que posee».
Guillermo Coscolla, también zaragozano, es amigo personal de Ramiro, y por tanto, le conoce bien. «Es una gran persona, muy profesional. Dentro y fuera del campo es una persona ejemplar. Allí donde ha ido el trato con sus compañeros ha sido muy bueno. Es un jugador abierto, cercano y experimentado».
Esto último lo corroboran los 5.747 minutos que suma ya en la Segunda División B, correspondientes a 72 partidos, cifra nada desdeñable para sus veintitrés años. Incluso desde Villarreal afirman que, «si se le da confianza, lo hará genial». Toda tuya, Ramiro.