Javi Navas regresa a la que considera su casa para seguir sumando años cerca del José Zorrilla

Foto: El Norte de Castilla
Si hay algo en lo que seguro coincidirá cualquier persona que haya seguido a ‘Navitas’ desde hace tiempo, de nuevo jugador del Promesas, es que calidad no le falta. «Desde el principio se veía que era diferente, muy atrevido y con desparpajo… creció muy rápido», recuerda su amigo Juan Carlos Trujillo.
El abulense debe su nombre futbolístico a Navas del Marqués, el lugar donde nació. Así le bautizó Pereira a su llegada al Cadete A del Real Valladolid. «En pretemporada éramos cuatro Javis y tenía la manía de distinguirnos por el sitio donde habíamos nacido», explica el que fuera capitán del filial.
Su andadura en el Real Valladolid comenzó con tan solo catorce años, cuando solo llevaba un año jugando a fútbol 11 con amigos en el equipo de su pueblo. Ese año le llegó una carta para jugar un Campeonato Regional con una Selección de jugadores abulenses.
El partido que marcó su futuro blanquivioleta fue el que disputó contra la Selección vallisoletana, con un 4-3 final para los de Ávila en el que los cuatro tantos fueron suyos. Después, los acontecimientos se desarrollaron con sencillez. «Me llamaron para que viniera a entrenar una semana con el Cadete, les gusté, me gustaron y me quedé».
En Cadete B coincidió con Alberto, palentino y exportero del Promesas, que no duda a la hora de contarnos cómo es dentro del terreno de juego. «Es un jugador muy inteligente y habilidoso con el balón. Difícil cogerlo en los primeros diez metros, es bueno a balón parado, tiene buen golpeo y atesora mucha calidad. Aunque es un poco peor de cabeza», añade.
En juveniles dejó a muchos con la boca abierta. «Su primer año de Juvenil División de Honor evolucionó mucho y además, subir al Promesas siendo juvenil le dio ese plus de experiencia», cuenta Trujillo. Sin cerrar aún la última etapa formativa, dio el salto al Promesas, donde acabó portando el brazalete. «En el vestuario no se calla, es un personaje, habla de cualquier tema», dice Lolo, al que Navas considera «uno de los mejores amigos que le ha dado el fútbol».
Creció, más aún, con Javier Torres Gómez, del que se queda «con su faceta psicóloga» y con lo mucho que le ayudó en una temporada llena de lesiones. Además, otros dos entrenadores marcaron su trayectoria en el club, Antonio Gómez y ‘El Almirante’, Miroslav Djukic, quienes le dieron la oportunidad de jugar con el primer equipo.
El ocho de septiembre de 2010 debutó en Copa del Rey contra el Huesca, en un Real Valladolid dirigido en aquel entonces por el hoy ayudante de Rafa Benítez. No tardó en dejar huella: a los quince minutos de haber comenzado el partido, el primer gol del Real Valladolid se anotó después de un penalti provocado por él mismo. Una convocatoria que no esperaba, puesto que el primer partido de la Copa de su Majestad de ese año jugado contra Las Palmas, no contó con ningún canterano.
Un año después llegó el turno de su debut en Segunda División, esta vez al mando del entrenador balcánico, el once de diciembre de 2011, en el Estadio Rico Pérez, contra el Hércules de Alicante, un estreno que sucedió a la promesa de que sería jugador de la primera plantilla, algo que se desestimó, finalmente, y provocó su salida del club en enero de 2013.
Hace unos años, una servidora escuchó de su boca un recuerdo de su infancia, que le vuelve a la mente cada poco tiempo: «Cuando era pequeño y jugaba en un campo de tierra con mis amigos, yo me lo tomaba más en serio que ellos, y un chico me dijo que por qué me lo tomaba tan en serio si no iba a llegar a nada». Desde entonces lucha por hacerlo. Desde ayer, siete de julio, de nuevo unido al Real Valladolid.