El angoleño, tanto para bien como para mal, ha sido referencia de todo tipo en la ciudad vallisoletana

Con toda seguridad, si se realizara una encuesta abierta en Valladolid y alrededores sobre quién es el jugador más conocido que ha militado en el equipo blanquivioleta en los últimos años, el nombre de Mateus Alberto Contreiras Gonçalves, o más bien el de Manucho, sería pronunciado con asiduidad. El tono ya sería otra cosa bien distinta.
Desde su llegada, desde el minuto uno, fue foco de atención de la afición, prensa etc. Un armario de ébano que ronda los 190 centímetros de estatura, musculado, con dotes para el vuelo a baja altura y con un look especial, que además venía del United, tenía que ser referencia por bemoles. Y así ha sido, referencia total de un gran número de cosas en Valladolid, más de las que la propia afición hubiera deseado. Y es que, Manucho, en gran medida, es más que fútbol, casi es más otras cosas que fútbol.
Entre otras cosas posee el récord de cuentas ‘fake’ en Twitter. En la red social del pajarito ha sido Trending Topic de una manera totalmente desorbitada. ¿Quién no ha comentado algo de Manucho fuera de lo meramente deportivo?
Los comentarios, en muchas ocasiones, venían por la fama que el bueno de Manucho se había ganado en la ciudad de asiduo de bares, pubs y discotecas (que diría Yosi Domínguez). Si bien esta fama puede estar fundada, también es cierto que «unos crían la fama y otros cardan la lana», que ha habido muchos ‘manuchos’, y que les ha habido y habrá con mayor apetencia nocturna. La fama de sustento de la vida ociosa pucelana parecer ser, en este sentido, algo desmesurada.
Si esto puede estar meridianamente claro, lo que sí ha quedado constatado a ciencia cierta en muchas ocasiones es el peculiar look del angoleño, tan propio y original como cambiante. Trenzas, afro, coleta… todo tipo de inventos en su cabello que ni el propio Llongueras sería capaz de imaginar. Además, hay que añadir sus innumerables atuendos. Desde un look casual, informal, a otros de tipo más serio, o al menos en principio, puesto que el angoleño siempre recurría a su toque original con un sombrero, una pajarita, unas gafas…
La fama de Manucho en Valladolid le llevó este año a ser Rey Baltasar en la Cabalgata de Reyes Magos en la ciudad. En algún momento del recorrido, servidor llegó a preguntarse si el personaje había superado a la persona, pero cabe decir que probablemente la persona sea más personaje que el propio Rey Baltasar.
Obviamente, el rey mago más querido este año fue Baltasar, fue Manucho, quien siempre ha sido también uno de los jugadores más admirados y queridos por los más pequeños parroquianos del José Zorrilla. Quizá, al igual que con Baltasar, el atractivo de lo exótico, de lo diferente, sea un acicate superior a cualquier otra condición. También el portar siempre una sonrisa ayude mucho en eso del particular aprecio.
Fuera de esto, ¿qué más? Pues marcó algún gol, como el que se marcó en propia puerta contra el Hércules o el que supuso el empate en Riazor frente al Deportivo. Además, un día, marcó dos goles al Real Madrid. Tantas cosas que no caben en tan pocas líneas…
«This is the end, beautiful friend, this is the end, my only friend, the end», que cantaba The Doors. Llega el fin de Manucho en el Real Valladolid. Para todos un personaje sin parangón en la historia moderna del Real Valladolid, para unos pocos, algo más que un mero jugador de fútbol, un grito contra la realidad del día a día, un sueño romántico que pone fin a su tortuosa andanza por tierras castellanas.
This is the end.