El ‘santo’ problema en la portería del Real Madrid ha sido gestionado por Carlo Ancelotti de forma excelente
Aquí, en Valladolid, no había problemas ante la continuada titularidad de Diego Mariño en la portería. No hubo problemas hasta que frente al Rayo Vallecano en casa, Juan Ignacio Martínez optó por colocar a Jaime en el once inicial. Mariño dijo por entonces que le «había sorprendido mucho la decisión» –no fue el único–, pero las actuaciones del portero de Valdepeñas han rubricado la decisión del técnico del Real Valladolid. Ante las finales disputadas, y las que quedan por disputar, unanimidad para con Jaime Jiménez.
Caso distinto es el del próximo rival blanquivioleta. Por Chamartín, el debate no se ha cerrado pese al buen hacer de los dos cancerberos que se ‘disputan’ el puesto: Iker Casillas y Diego López. La disyuntiva es de un carácter tal, que ni la enésima lección de mano izquierda de Carlo Ancelotti, técnico merengue, ha zanjado el tema.
«¿Por qué?», se preguntaría Mourinho, el entrenador que colocó en el once blanco a Diego López en detrimento de Iker Casillas. Simplemente por la cabezonería de un ala de la casa blanca que parece mucho más importante de lo que debería ser: la prensa. Esa que señaló ‘The Special One’ y que se ha delatado con la marcha de este, atacando (de forma encubierta, o sea, cobarde) el legado del técnico luso o acordándose de él en cada tropiezo de su amado Chelsea.
Pudiera parecer que el gran perjudicado de todo este tema es Diego López, pero no. El portero gallego ha sabido realizar un gran trabajo bajo los palos, huyendo de aquello que no lo prefiere y sabiendo estar concentrado en cada momento. Como dato valgan los records de imbatibilidad que Diego López está cosechando en liga. El perjudicado es en realidad Iker Casillas, y lo es en una de las temporadas más brillantes de su carrera, o, al menos, más inmaculadas.
En vez de hablar de ello, cuando toca, se habla sobre las decisiones de Ancelotti. Decisiones de un gran calado dentro de la dinámica de un grupo humano de élite y que hasta ahora han resultado plenamente acertadas. La última de las elecciones del técnico transalpino llevará a Iker Casillas a ser titular por primera vez en Liga este miércoles frente al Real Valladolid. ¿Será el principio de la reconquista del terreno perdido del portero de Móstoles?
El hombre que lo tuvo todo
Final del Mundial de fútbol de Sudáfrica de 2010. Iker Casillas frente a Arjen Robben, y el ‘santo’ obra el milagro. Después el gol de Iniesta, España campeona del mundo. Iker levanta la copa, y se acaba coronando con uno de los momentos televisivos más recordados en décadas: el beso a su pareja, Sara Carbonero. Periodista ella, futbolista él. Su relación había sido el saco de boxeo de furibundas acusaciones por cierta parte de la prensa. Casillas era el número uno de España tras el Mundial.
Pero todo fue a peor porque era muy difícil elevarse aún más. Mourinho empezó a cuestionar, más tarde, el trabajo del cancerbero madridista que entre lesión y lesión (alguna con Arbeloa de por medio) y la aparición de Diego López empezó a probar las mieles de la banqueta. Del triunfo al ostracismo, y no solo en lo meramente deportivo. Casillas fue señalado como ‘El Topo’ dentro del vestuario del Real Madrid. Esa etiqueta se extiende hasta hoy, más allá de la etapa de José Mourinho en el Santiago Bernabéu. La prensa, detrás de su declive.
De acuerdo, entonces, ¿por qué Diego López es uno de los nuestros? Por ser un maltratado por la prensa en muchas ocasiones, por luchar frente a viento y marea y lograr sus objetivos. Por demostrar que las cosas también se pueden hacer sin estar debajo de los focos. Digamos que, como debe hacer las cosas este Real Valladolid, huyendo de lo accesorio, trabajando con humildad y demostrando que solo ‘nosotros’ somos ‘blanquivioletas’.