Rukavina reconoce que el Real Valladolid no hizo un gran partido y se queda con la victoria
El partido frente al Espanyol se presentaba como vital durante la semana. Tras la derrota frente al Celta de Vigo, la victoria contra los pericos se hacía necesaria.
Pero, a medida que avanzaba la jornada, esa necesidad aumentaba. El empate del Getafe y la victoria del Elche obligaban al Real Valladolid a ganar en la noche del sábado.
Rukavina demostraba en zona mixta, tras el encuentro, que la plantilla era consciente de ello. «Los tres puntos han llegado en el mejor momento», sentenciaba. Reconocía que eran «lo más importante».
El serbio añadía que no había sido «un buen partido». En este tramo final de temporada lo importante es ganar y el conjunto blanquivioleta necesitaba la victoria como agua de mayo.
El lateral fue el protagonista del encuentro al anotar el gol del triunfo, por el que se mostraba «muy feliz». Tras marcarlo, se acordó de su familia. En concreto de su mujer y su hijo. Aunque tampoco se quiso olvidar de «los socios del Real Valladolid» ni de sus «compañeros». Un tanto que bien puede valer una permanencia.
Casualidades del destino, ese gol pudo no haberse producido. Rukavina jugó infiltrado en el pie derecho. «Tengo un problema en el tobillo y he jugado con anestesia», explicaba. La dedicatoria del tanto fue para el doctor Pablo Grande, con el que bromeaba sobre el tema. «Ahora quiero jugar siempre así», concluía.
En el horizonte ya se atisba al Real Madrid, que visitará Zorrilla el próximo miércoles. El serbio cree que tienen que «disfrutar» en ese partido. Aunque advierte que «todo es posible en el fútbol». Tanto él como el resto de la plantilla se aferran a la victoria conseguida frente al FC Barcelona para volver a dar la campanada.