Después de disputarse 31 partidos de la Liga BBVA, y tras la derrota del Valencia ante el Getafe, los números de ambos técnicos son semejantes
Cuando Miroslav Djukic arribó el pasado verano a la Ciudad Deportiva de Paterna, nada parecía presagiar lo que ocurriría antes de las navidades. Y es que el almirante, que tantos buenos momentos dejó en el Real Valladolid, no se comería el turrón en la ciudad del Turia, o al menos en el banquillo valencianista, ya que su residencia habitual es Valencia.
Djukic llegó con la vitola de entrenador que sabe a lo que juega su equipo: posesión de balón, personalidad, balón jugado desde atrás, toque. Unos mimbres que hicieron que las dos temporadas que estuvo al frente del equipo vallisoletano le catapultaran a su ‘casa’ de toda la vida, el Valencia CF. En su presentación prometió estar entre los de más arriba del fútbol español. Sensación de incredulidad causaron sus palabras entre los aficionados valencianistas, ya que con una plantilla de peor calidad que la anterior temporada y con la marcha de Roberto Soldado, muchos presagiaron lo que ocurriría después y es que Djuka fue destituido tras dieciséis jornadas.
Durante el tiempo que estuvo en el banquillo, el Valencia consiguió veinte puntos. En cuanto a partidos ha ganado más que Pizzi, si bien es cierto que ha dirigido dos partidos más hasta el momento. Con el serbio en el banquillo, el Valencia ganó seis partidos, empató en dos ocasiones y perdió ocho partidos en Liga.
Las estadísticas goleadoras no fueron mejores: veintiún goles a favor y veinticinco en contra. Un dato del buen bagaje goleador de su equipo es que anotó en todos sus partidos, exceptuando el del Atlético en el Calderón, donde cayó por un contundente tres a cero. Este partido fue la gota que colmó la paciencia de la dirección deportiva del club ché, que optó por su destitución.
Pizzi, la incógnita
Juan Antonio Pizzi llegó tras un partido que dirigió el entrenador del Valencia B, Nico Estévez ante el Real Madrid en la jornada diecisiete. El Valencia perdió por tres goles a dos en el Bernabéu y a pesar de dar una muy buena imagen, no fue suficiente para mantenerle en el cargo.
El entrenador argentino vino avalado por Rufete en la nueva etapa dentro de la dirección deportiva. Ambos coincidieron en su etapa como jugadores valencianistas. Pizzi se encontró con una plantilla muy desmoralizada y quizás siguiendo el patrón del Atlético con Simeone, se optó por un hombre de los llamados ‘agitadores’.
Es un técnico práctico y ganador, que se acababa de proclamar campeón del Torneo Inicial de Argentina con San Lorenzo de Almagro. Su estilo de juego tiene indentidad propia, ideas claras, fútbol práctico, sacrificio, bloque para que las individualidades puedan brillar, portería a cero y sobre todo, una gran gestión del vestuario.
En Argentina supo leer los partidos y ha obtenido el mejor rendimiento de sus pupilos –algo similar a lo que hizo Djukic en Valladolid, solo que en Valencia no cuajó su discurso–.
Si ‘El Cholo’ en el Atlético motivó y de qué manera a este Atlético de Madrid que cree en el entrenador, en la camiseta, en el sacrificio del bloque, en Valencia se apostaba por lo mismo. La formación que propone es el 4-4-2 o el 4-2-3-1. Curiosamente, es el mismo estilo de juego que utilizó el Valencia en la década de los noventa y que tan buenos resultados les dio como futbolistas, cuando era compañero de Rufete en el vestuario.
Las primeras ocho jornadas el equipo ché solo perdió en una ocasión. Fue en Balaídos ante el Celta, por uno a cero. Un resultado muy bueno para una plantilla que venía de una muy mala dinámica. De hecho, estuvo seis partidos consecutivos ganando. Pero el equipo valencianista se ha ido deshinchando como un globo.
Ya en Vallecas y ante el Rayo Vallecano, en la jornada veintiséis, el Valencia cayó por uno a cero. Después vino la remontada del Almería en su casa, después de ganar por cero goles a dos, y ahora tras la derrota en Mestalla y frente al Getafe por uno a tres, hace que vuelvan las dudas a la ciudad del Turia.
Los números de Pizzi son algo mejores que los de Djukic, pero no demasiado: cinco victorias, cinco empates y cuatro derrotas en catorce partidos de Liga. El balance goleador es de veintiún goles a favor y dieciséis en contra. Otro dato importante es que cuando Djukic fue destituido, el club estaba a seis puntos del séptimo clasificado –que da derecho a disputar Europa League– y tras la jornada de ayer, está a nueve puntos del séptimo clasificado.
A todo esto se suma una semana importante en Valencia, ya que, además de disputar competición europea ante el Basilea, la Fundación Valencia CF y su principal accionista, Bankia, deben decidirse entre las ofertas que tienen de compra del club ché.