El angoleño vuelve a opositar por segunda temporada consecutiva a convertirse en el mejor jugador partiendo desde el banquillo
Existe en la NBA un premio que se otorga a final de temporada al mejor sexto hombre de la fase regular. Dicho galardón recae sobre el jugador que partiendo desde el banquillo más ha aportado a su equipo, tanto en la producción ofensiva como en el trabajo defensivo, sin dejar de tener en cuenta los siempre fundamentales intangibles. A fin de cuentas: el mejor hombre de banquillo de la mejor liga del mundo.
Las siempre odiosas comparaciones de cualquier espectáculo deportivo con la NBA, el mejor organizado de todos ellos, dan como resultado ciertos símiles que, al menos, son llamativos. Tomando como ejemplo el del NBA Sixth Man of the Year Award, y, puesto que estamos en Blanquivioletas, el Real Valladolid como muestreo único de cierto galardón, la evidencia del premio salta a la vista, y tiene un ganador único: Mateus Alberto Contreiras Gonçalves, alias Manucho.
En dos años, el ‘armario de ébano’ se ha ganado ser el sucesor de Bobby Jones, el primer mejor sexto hombre de la historia. Su designación la temporada pasada parece incontestable.
El hecho de partir desde el banquillo desde un inicio, o desde fuera de él para ser más preciso, el acabar siendo una pieza fundamental en el esquema de Djukic el año pasado, la evidencia más clara de ese otro Real Valladolid que solo unos privilegiados atisbaron y sus ochos goles, fueron sus principales credenciales para obtener el título.
2014: Otra candidatura más
Si el fin de la temporada pasada postergó al impertérrito Manucho a la suplencia, el devenir errante del Real Valladolid en la presente temporada ha acabado por devolver al angoleño a la titularidad. Y esta le llega tras parecer más difícil de lo que nunca se pudo esperar tras el genial rendimiento de Javi Guerra y las fugaces intervenciones de Humberto Osorio. Aun así, la paciencia actuó como madre de su ciencia, y las buenas actuaciones en Vallecas o en La Rosaleda acompañando a Guerra en punta se vieron refrendadas con la imperial victoria del pasado sábado sobre el F.C. Barcelona.
Un año más, Manucho se postula como el mejor sexto hombre a orillas de Pisuerga. De momento, parece haberse afianzado en el once de Juan Ignacio Martínez, compartiendo junto a Guerra la vanguardia de un Real Valladolid al que también parece haberle sentado bien eso de jugar con dos nueves.
Manucho, un año más en la palestra. De nuevo levantando palabras a favor y en contra, y esperemos que por segundo año consecutivo sea el diferencial que permita la permanencia. Siendo el sexto mejor hombre, partiendo desde la banqueta, como el que no quiere la cosa.