Juan Ignacio Martínez ha insistido en su capacidad para encarar el resto de competición en el banquillo pucelano y ha ensalzado el espíritu de sus futbolistas tras una semana «con la soga al cuello»
De nuevo, se ha resistido la victoria lejos del Nuevo José Zorrilla. El undécimo empate que cosecha el Real Valladolid no ha dejado satisfecho al preparador blanquivioleta, Juan Ignacio Martínez, pues sus jugadores viajaron a Málaga, ha declarado, «con la necesidad de los tres puntos» que habrían rescatado al equipo pucelano de la zona de descenso.
Pese al regusto amargo que ha dejado el resultado, Martínez ha preferido elegir la cara positiva del encuentro y ha ensalzado el espíritu competitivo que, a su parecer, ha desplegado el Real Valladolid después de encajar un gol en los primeros minutos de contienda.
En especial, tras dejar atrás una semana crucial, «con mucha tensión, dura» en la que su plantilla, afirma, ha crecido en motivación con el paso de las sesiones de entrenamiento. «Hemos venido con la soga al cuello y al Málaga le hemos puesto las cosas muy difíciles» ha justificado Juan Ignacio para explicar el valor que entraña el esfuerzo del equipo en La Rosaleda.
Sin embargo, su continuidad como técnico del Real Valladolid está puesta en entredicho, una decisión que se escapa a su radio de control. «No depende de mí. He transmitido muchas veces que tengo una mentalidad ganadora y mucha fuerza para seguir trabajando. El club ya decidirá» ha respondido.
Quien tiene la potestad para decretar el futuro cercano de la entidad es su presidente, Carlos Suárez y, en segundo término, el director deportivo, Alberto Marcos. Martínez ha contado que, a la conclusión del partido, «han estado en el vestuario y han felicitado a todos los chavales, a mí y al cuerpo técnico, porque son personas y han visto que el equipo está vivo«. Por otro lado, Carlos Suárez desvelado, en los micrófonos del programa radiofónico Carrusel Deportivo, de Cadena Ser, que continúa confiando en el entrenador.
El cambio de Marc Valiente por Álvaro Rubio
El técnico alicantino ha argumentado la entrada a diez minutos del final de Marc Valiente por Álvaro Rubio -aquejado de molestias musculares-, como mediocentro, para recuperar «el control del juego aéreo del Málaga», perdido durante el transcurso del duelo.