El lateral derecho colombiano ha reconocido al salir del entrenamiento a La 8 de Valladolid que rescinde su vinculación con la entidad blanquivioleta

Gilberto ‘Alcatraz’ García ha reconocido a La 8 de Valladolid, a la salida del entrenamiento de este mediodía, que –a falta de confirmación oficial– abandona el Real Valladolid. Lo hace tras haber sumado únicamente 370 minutos en ocho partidos, en los que hizo un gol –el anotado en Mestalla– y una asistencia. Pobre bagaje teniendo en cuenta que fue uno de los fichajes que mejores sensaciones dejó en la pretemporada, y con el que se contaba para cumplir una buena campaña.
Alcatraz venía avalado por su despliegue físico, su polivalencia en banda derecha y un golpeo de balón bastante notable. Estas cualidades, lejos de ser vistas en su totalidad, pudieron atisbarse en el partido contra el Valencia, momento álgido del fugaz paso del colombiano por Valladolid, que solo en ese y tres partidos más pudo ser titular.
Desde el primer momento, Alcatraz se mostró como una persona humilde, familiar y con una dosis de responsabilidad muy llamativa. «Desde que tenía cinco años le decía a mi madre que yo jugaría en Europa para comprarles una casa. Afortunadamente se la he podido comprar antes, pero por fin he logrado cumplir ese sueño que tenía desde pequeño», decía Alcatraz en su presentación. Sus credenciales, futbolísticas y humanas, calaron –a priori– en la idiosincrasia pucelana.
A Dios rogando…
Sin embargo, solo la baja forma de Rukavina permitió que Alcatraz gozara de cierto protagonismo en Valladolid. Fuera de su consabido fervor religioso, dejó de interesar a la parroquia vallisoletana, al igual que su compatriota Humberto Osorio, con quien caminó hacia el ostracismo.
Si el partido frente al conjunto ché en Mestalla fue su mejor momento en Valladolid, ciudad a la que no ha logrado adaptarse, el accidente que sufrió el pasado once de enero ha sido el detonante de una relación infructuosa. Recordemos que el colombiano chocó con su coche a las cinco de la mañana, del ya citado día, tras perder el control del vehículo, saltar la mediana y volcar, quedando atrapado en el interior. A partir de entonces, todo un compendio de rumores y suspicacias devolvieron a Alcatraz al primer plano de la actualidad.
Lo primero que se supo, tras el suceso, es que el jugador estaba atravesando unos problemas personales severos que le habían invitado a pedir la salida a la dirección deportiva. Del accidente nada más se supo, salvo que, pese al susto, había salido ileso, algo por lo que a buen seguro dio gracias a Dios, y que el cafetero siguió ejercitándose al margen debido a la lesión que sufrió con anterioridad.
Meses después de empezar a cumplir un sueño, este se acaba sin que haya podido destacar y ganarse un puesto en los planes de José Pekerman, no ya de cara al Mundial, sino a las convocatorias previas de la selección colombiana. Con su salida del Real Valladolid, por la puerta de atrás, su fichaje, ilusionante, se acaba de confirmar como el de un ilusorio jugador.