Borja Oubiña, Hugo Mallo y Toni Rodríguez llevan representada parte de la última función celtiña, pero es en esta temporada donde sostendrán sobremanera el presente y futuro del club vigués.

El Celta de Luis Enrique puede parecer un nuevo y ambicioso proyecto. Nuevo por la cantidad de incorporaciones que ha hecho el club vigués, y ambicioso por la talla, sobre todo futura, de ciertos jugadores que se han incorporado al equipo celeste en el periodo estival. Pese a esto, y de una forma bastante acertada, se sigue contando con ciertos jugadores de cantera que ya son futbolistas consolidados en la élite del fútbol español. Hablamos de Borja Oubiña, Hugo Mallo y Toni Rodríguez.
Los tres nombres antes mencionados suenan desde hace tiempo en los oídos del seguidor blanquivioleta, ya que en el camino ascendente hacia Primera División, el Real Club Celta y el Real Valladolid se han encontrado sobremanera.
El pontevedrés Borja Oubiña es quizás el ejemplo más claro de cómo hay que estructurar un equipo con gente que siempre ha estado ahí. Aún más acuciante resulta esto dado el perfil de los jugadores que han llegado al Celta en esta temporada. Oubiña no es ya el prometedor mediocentro que irrumpiera en el fútbol español hace casi ya una década de la mano del denostado Miguel Ángel Lotina.
‘O Gran Capitán Galego’ pasó de debutar con la selección española absoluta a un ostracismo por su rotura de ligamentos cuando militaba en el Birmingham que cortó toda su increíble progresión. A partir de entonces, su destino ha estado ligado al de sus rodillas y al del club celtiña, quien le ha dado todo el apoyo que un jugador en su situación ha necesitado. Su carrera futbolística nos recuerda a la que han desempeñado tanto Alvaro Rubio como Javier Baraja en el Real Valladolid; hombres del medio del campo comprometidos con su club.
Caso no muy diferente es el de Hugo Mallo, que pese a ser ya un habitual del club vigués, tan solo cuenta con veintidós años. Quizás su juventud no sea tan sorprendente para el aficionado no habituado al fútbol de plata, pero ya cuenta con un largo historial en sus botas. Al igual que Borja Oubiña, Hugo Mallo tuvo que pasar por el infierno de romperse el ligamento anterior cruzado (el pasado enero), lo que le tuvo en el dique seco hasta julio.
Esto no le impidió protagonizar uno de los escándalos más sonados en el final del tramo liguero cuando posó con un cartel de ‘se vende’ en el que aparecía el escudo del Deportivo de la Coruña traspasado por la bandera de Portugal. Pese a su juventud y, en muchos casos, inexperiencia, el también pontevedrés Hugo Mallo se ha convertido en el tercer capitán del equipo gallego.
El último ejemplo de cantera asentada en Vigo nos lleva hasta Toni Rodríguez. Aunque no fue hasta la edad juvenil cuando se asentó en la estructura celeste, tras su paso por las categorías inferiores del FC. Barcelona, ahora mismo es el lateral izquierdo titular del RC Celta. Esta será su quinta temporada en el primer equipo, y ha sido señalada como la de su consolidación en la élite. Su eminente carácter ofensivo partiendo desde el lateral resulta muy interesante para Luis Enrique en su apuesta de fútbol ofensivo.
Tres jugadores de casa, gallegos que deben sostener un camino interesante del que es su club. Quizás, esto sea lo más importante, que el Real Club Celta de Vigo es su equipo, y que tendrán que ofrecer tanto como han recibido.