El portero del Promesas está en uno de sus mejores momentos profesionales cuajando grandes actuaciones partido tras partido y ayudando al equipo a estar en lo más alto.
La posición de portero es una de las más importantes del mundo del fútbol y en los últimos tiempos la figura de este solitario jugador ha dejado ver que también pueden ganar partidos, y esto lo está demostrando el guardameta del Real Valladolid Promesas, Julio Iricibar Bayarri (dieciséis de noviembre de 1993), en este primer tercio de competición evitando con sus paradas que vuelen puntos del casillero del filial blanquivioleta.
El guardameta vallisoletano, criado en las categorías inferiores del Real Valladolid –-especialmente destacó en su etapa en el División de Honor-, se ha hecho con la titularidad en su segundo año en el filial blanquivioleta aunque la pasada temporada ya demostró sus cualidades para ser un jugador importante en este equipo pero Rodri y una lesión en el último tramo de liga le impidieron demostrar toda su valía.
En la presente campaña, Julio decidió dar un gol pe sobre la mesa y decir «aquí estoy yo». El arquero vallisoletano trabajó duró desde el primer día de pretemporada y se ganó el puesto durante los amistosos veraniegos, tanto es así que es uno de los pocos jugadores que ha disputado la totalidad de minutos, 1.260, y donde tan solo ha encajado nueve goles.
Ya en el primer partido de Liga de la presente campaña el arquero se convirtió en el protagonista de aquella mañana de verano al atajar un penalti y evitar el empate a uno en los minutos finales de ese encuentro ante el Unión Deportiva Santa Marta. Aquella parada solo fue una de muchas que llegarían en partidos sucesivos.
Esta no fue la única pena máxima que ha detenido Julio, ante el Salmantino, cuando el filial tan solo iba ganando por uno a cero, el guardameta se volvió a convertir en el héroe del partido evitando que el conjunto charro igualara el encuentro y volaran dos puntos de Los Anexos.
Está demostrando todas sus credenciales para convertirse en uno de los mejores porteros del Grupo VIII de Tercera División. Ágil, rápido y de reflejos felinos que le han permitido sacar balones casi imposibles que se colaban al fondo de las mallas, pies abajo que desvían el esférico lo justo y necesario para que este no se dirija entre los tres palos.
Alto, algo importante en un cancerbero, con destreza entre los palos, con un gran golpe de vista, sentido del tiempo, velocidad y bagaje técnico son otras de las características que hacen que Julio se esté convirtiendo en un portero de garantías.
Las buenas actuaciones de Julio con la elástica blanquivioleta le han dado bastantes puntos al conjunto entrenado por Torres Gómez, tanto es así que se está convirtiendo en una pieza clave del Real Valladolid Promesas y que de seguir así se puede convertir en una de las grandes revelaciones de la temporada.