Juan Carlos Alonso echa la vista atrás e invita a la reflexión de cara al importante duelo del viernes.

La historia esta para conocerla y sacar las conclusiones suficientes; para ayudar a mejorar y no cometer errores en esos pequeños detalles que al final suelen ser los más importantes para impedir que consigamos objetivos.
En la historia reciente del Real Valladolid tenemos una temporada que fue nefasta en diferentes aspectos. De forma errónea, muchos pucelanos no quieren mirar ni para coger impulso, a pesar de que nos da muchas lecturas del ciclo que supone una temporada completa –donde un equipo modesto pasa por diferentes fases-, y todo porque al final del camino, cuando terminó aquella Liga, nos quedó el sabor amargo de haber descendido por un punto, después de un montón de vicisitudes negativas sufridas durante los diez meses de competición.
Viene esto a colación al recordar detalles de aquella temporada. Coincidente con en estas fechas se celebró un partido en la jornada doce, contra el Club Deportivo Tenerife, equipo que también descendió junto con nuestro querido Pucela. Este encuentro tiene un detalle que, visto con la reflexión y análisis suficiente del tiempo, pudo ser crucial en el desarrollo de aquella temporada por lo que supuso en puntos y la tendencia que marcó.
El Real Valladolid ganaba en el minuto sesenta por tres a cero, con un dominio en cuanto al juego y las ocasiones, hasta que vino un desgraciado error del central Luis Prieto, permitiendo al Tenerife acortar distancias. En esos momentos y haciendo gala de ese gen de autodestrucción que algunos pregonan (y no faltos de razón), parte de Zorrilla empezó a silbar cualquier acción desafortunada de los locales entrando el equipo en un estado de ansiedad, circunstancia definitiva para que el rival empatase a tres, concluyendo así el partido y volando dos puntos, que, visto el final y ahora afirmándolo de forma ventajista, podrían haber resultado definitivos para obtener la salvación.
El viernes nos visita Osasuna –por cierto, un club que año tras año basa su salvación en convertir su estadio en un fortín-. El partido será duro y seguro que con diferentes alternativas en el juego, donde habrá que superar diferentes adversidades y los jugadores necesitarán el máximo apoyo para no volver a suceder lo que nos pasó aquella tarde que nos visito el CD Tenerife, y sobre todo que nos recuerde que no se desciende en mayo, sino en los detalles que van sucediendo durante 38 jornadas.