Zubi ha hablado por primera vez ante los medios de comunicación tras su debut con el primer equipo y se ha mostrado ilusionado a la vez que cauto y con los pies en el suelo.
Hace seis temporadas, cuando fichó por el Real Valladolid, Andrés González Jaén (veintiuno de mayo de 1993) – más conocido como Zubi- no se imaginaba que algún día vería cumplido su sueño de debutar en la élite del futbol español, pero el esfuerzo, la constancia y la humildad han dado sus frutos. El pasado treinta de octubre, el extremeño se convirtió en el primer canterano en debutar en la era Juan Ignacio Martínez, por delante de Pesca, Vadillo y Alberto, recursos anteriores del técnico alicantino.
«Sabía que en esos cinco minutos me tenía que comer el campo» y así lo hizo. «Yo calenté al máximo por si era el elegido», apostilló. El talento, el desparpajo y el descaro que muestra en los partidos con su equipo -«mi equipo es el Promesas»- lo dejó patente sobre el césped de Zorilla.
El joven extremo se muestra ilusionado y agradecido tanto con Juan Ignacio Martínez como con los jugadores de la primera plantilla, pero sabe que debe «tener los pies en el suelo y trabajar día a día para seguir teniendo oportunidades». Zubi, en todo momento, se ha ofrecido a ayudar cuando sea necesario: «Estoy para lo que requiera el míster del primer equipo».
Respecto al tema de si cree que puede ser uno de los elegidos para viajar a Valencia, él ha manifestado que «ojalá», si bien por el momento piensa «en el importantísimo partido que tenemos el domingo ante el Estructuras Tino, segundo clasificado». Una oportunidad única tanto para el Promesas como para el jugador. Para el equipo, porque podría consolidar el liderato del Grupo VIII de Tercera, y para Zubi para seguir demostrando que es uno de los mejores jugadores que tiene en plantilla el filial blanquivioleta.
Javi Torres Gómez bien lo sabe. El madrileño fue el artífice de su fichaje cuando era cadete, y por eso siempre le hace un hueco en el once titular. «Mi sitio es el filial», dijo, y es desde aquí donde el extremeño tiene que ganarse, de nuevo, la confianza de Juan Ignacio Martínez. «Trabajaré duro para tener más oportunidades con el primer equipo», declaró el extremeño.
Este sueño cumplido no hubiera sido posible sin la ayuda de su familia sobre todo, y como el mismo jugador ha reconocido, de su hermano Jacinto, «que es el que venía a verme cada quince días cuando llegué a Valladolid hace seis años».