El conjunto txuri urdin de la presente temporada dista mucho, por el momento, de aquel que deslumbró y maravillo a propios y extraños el curso pasado.
Hasta hace dos jornadas, momento en el que el próximo rival del Real Valladolid, la Real Sociedad empezó a volver a parecerse a ese equipo que deslumbró y maravilló a propios y extraños la temporada pasada, los donostiarras apenas eran capaces de desplegar ese fútbol vibrante que hacían que los partidos fueran un continuo viaje de ida y vuelta y deleitaban a los espectadores.
Aún con la mejora de estos dos últimos partidos, uno de los grandes cambios respecto a la temporada pasada es la perdida de fútbol que ha sufrido el equipo txuri urdin. El centro del campo, sin duda alguna uno de los puntos fuertes de este equipo y que destacó por encima de todo el curso anterior, no produce casi juego y les cuesta mucho imponer su ritmo y estilo a los partidos.
Es innegable que la baja de Asier Illarramendi está generando muchos problemas –más de los esperados- en el centro del campo del conjunto de Arrasate. El papel del de Mutriko era clave para compensar y equilibrar el juego blanquiazul.
Con su marcha, la Real Sociedad peleó duro para conseguir la cesión de Esteban Granero y que este supliera la baja de Illarra en el centro del campo, pero la mala suerte se cruzó en su camino a la primeras de cambio en forma de una grave lesión (rotura de ligamento de la rodilla) que le tendrá apartado de los terreno de juego lo que resta de temporada.
Por si esto no fuera poco, otra plaga de lesiones –estas de menor gravedad- asolaron la sala de máquinas de la Real Sociedad. Xavi Prieto, uno de los jugadores claves, Zurutuza, Elustondo, Markel y Rubén Pardo también se han perdido partidos por diversos contratiempos físicos por lo que Arrasate ha tenido que improvisar para buscar un centro del campo de garantías.
Zurutuza, Pardo y Elustondo, que la temporada pasada, por una razón o por otra, no tuvieron un papel relevante, curiosamente fueron los tres que más destacaron en la previa del Champions y en primer partido de Liga pero que a raíz de sus respectivas lesiones aún no han alcanzado su mejor nivel.
Otro motivo que se achaca a esta pérdida de fútbol es la falta de costumbre de jugar entre semana y tres competiciones –Liga, Champions League y Copa del Rey cuando entren en juego los equipos de Primera.
La falta de juego no es el único pero que se le puede poner al equipo txuri-urdin en este inicio de temporada. La Real Sociedad ha perdido velocidad, verticalidad e incluso algo de pegada. Esto se debe a que ninguno de sus baluartes ofensivos se encuentra en su mejor momento.
Carlos Vela está a años luz de ser el jugador de la temporada pasada. Su participación en la previa de Champions ante el Olympique de Lyon y el primer partido de Liga ante el Getafe fueron un mero espejismo.
Lo mismo sucede con el fichaje estrella, Haris Seferovic. El suizo hizo alarde de su olfato goleador durante la pretemporada y en los primeros partidos oficiales –dicho sea, con golazos- , pero desde entonces sufre una sequia goleadora bastante importante. Desde el veinticuatro de agosto no marca.
No se puede olvidar que Inmanol Agirretxe, máximo realizador de la pasada campaña con catorce goles todavía no se ha estrenado, lastrado por las consecuencias de una lesión que le obligó a perderse el primer mes de competición.
A pesar de todos estos contratiempos el equipo txuri-urdin parece que ya está empezando a despertar de su letargo, sobre todo si se tiene en cuenta la segunda parte que hicieron los de Arrasate en Anoeta ante el Almería. En estos cuarenta y cinco minutos se pudieron ver pincelada de esa Real Sociedad que fue y está en proceso de volver a ser.