El conjunto franjirrojo se ha visto obligado a buscar recambio a las piezas claves de la temporada pasada.
Javi Fuego, Piti, Casado, ‘Chori’ Domínguez, Léo Baptistão y Delibasic ya no continúan en las filas del Rayo Vallecano. Todos, por unos motivos u otros, han dejado de pertenecer a la entidad madrileña. El curso pasado fueron parte de los jugadores con los que más contaba Paco Jémez. Por ello, el técnico solicitó recambios de garantías. El club se puso manos a la obra y ahora cuenta con muchas caras nuevas.
Los dos primeros forman parte de los tres jugadores claves en la gran temporada rayista el curso pasado. Además, eran dos de los capitanes del equipo y estaban dotados de una gran calidad que les ha hecho salir para seguir creciendo. Jémez todavía no les ha encontrado sustituto. No es tarea fácil hacerlo, desde luego.
El centro del campo se ha quedado con una de las dos patas, Trashorras. La otra la está acusando el equipo en tarea defensiva. Veintiún goles encajados en nueve jornadas por los 62 de la temporada pasada son cifras que asustan. ¿Y en ataque? Pues más de lo mismo. 50 goles lograron en la última campaña y en esta solo llevan siete. La ausencia de los cuatro jugadores que más tantos marcaron el curso anterior se nota.
Las caras nuevas no están rindiendo como se esperaba, por el momento. La mayoría de los fichajes llegaron al final del mercado estival. Los Zé Castro, Raúl Baena, Sául Ñíguez, Alberto Bueno, Nery Castillo, Iago Falqué, Lavirrey, Seba Fernández y Jonathan Viera no terminan de despegar. Son nombres de calidad, aunque es complicado recoger el testigo de lo que fue. Hombres que serían titulares en muchos equipos de la zona baja, pero que no terminan de congeniar dentro del campo.
Jémez no consigue dar en la tecla. El centro de la defensa y la punta del ataque son los que más problemas le están dando. El entrenador apuesta por reconvertir a un centrocampista como central. Es el caso de Saúl Ñíguez. Parece que al cordobés no le gusta lo que tiene. Galeano, una de las nuevas incorporaciones, no le convence. Como tampoco lo hacen Arbilla y Mojica, aunque estos son laterales. Cierto es que algunos son jóvenes, por lo que tendrá que tener paciencia y ayudarles a crecer.
Cuando haces un lavado de cara y cambias a tantos jugadores corres un riesgo. Esto lo hizo el Real Valladolid en la temporada 2009/10 y el equipo terminó descendiendo a Segunda División. El desenlace de este caso, allá por el mes de mayo del próximo año.