Javi Guerra consigue su segundo gol de la temporada. Ambos tantos han llegado en dos partidos en los que el cuadro entrenado por Juan Ignacio Martínez ha sufrido dos penaltis en contra.
Cuando las cosas se tuercen y empiezan a parecerse a cuadros cubistas, ferias de arte moderno o el cajón «desastre» de nuestra habitación, hay que echar mano de aquello que siempre nos es referencia, algo innato y casi coétaneo a lo que nos rodea. Así le ha ocurrido al Real Valladolid en dos ocasiones bien significativas con Javi Guerra, frente a Villarreal y Levante. Y es que el malacitano ha marcado curiosamente en los dos partidos en los que el Real Valladolid ha recibido un penalti en contra.
El dato está ahí, aunque a decir verdad ni los dos goles han sumado lo mismo, ni se han producido en las mismas condiciones. El primero de los dos tantos se produjo en el minuto 4 de partido frente al submarino amarillo, pero lo que podía haber supuesto un botín preciado, tornó en moneda barata con el empate del cuadro castellonense, y en duelo con la puntilla del gol en el minuto 84, obra de Cani.
Bien es verdad que pese a que el Real Valladolid no ofreció demasiado fútbol en El Madrigal, el ingenuo penalti de Alcatraz, que supuso el empate, fue una losa durante el resto del encuentro. A día de hoy lo sigue siendo para su infractor.
El segundo de su cuenta goleadora en esta temporada se lo apunta Javi Guerra frente al Levante, su exequipo, y con el que por primera vez superó la decena de goles en Segunda División. El guión fue diferente en esta ocasión, aunque su desarrollo no menos dramático. Tras el desafortunado gol de Baba Diawara, tuvo que ser Guerra quien diera un halo de esperanza a la parroquia vallisoletana al filo del descanso.
Pero antes de que este sobrellegara, un nuevo sobresalto acontecía: penalti y expulsión de Zakarya Berdigch, el final parecía escrito. Decidió emerger para entonces el otro protagonista vallisoletano del partido, Diego Mariño, quien tuvo a bien seguir el consejo del cuerpo técnico del equipo, adivinando por qué lado lanzaría el austriaco Ivanschitz la pena máxima.
Javi Guerra vio muy cercana la posibilidad de que un nuevo penalti en contra hiciera inservible otro gol suyo más esta temporada, pero la parada de Mariño dio un respiro a él y a todos los demás que vieron la injusticia del penalti. El alivio del malacitano tras la parada del portero gallego estaba justificado sobremanera. Nadie mejor que un delantero sabe lo que cuesta hacer gol, y que el reconocimiento si este llega, pero no hace sumar, es bastante marginal.
No deben parecernos casuales hechos y anécdotas como estas, ya que si escudriñamos los engranajes de un vestuario como el pucelano, podremos advertir que el papel de Guerra en el partido de ayer no es algo puntual.
Sus compañeros siempre le buscan, y cuando se encuentra a gusto y en forma, le encuentran, como es el caso, sabiéndose también ganar para sí sus ocasiones. Aspectos meramente futbolísticos aparte, Javi Guerra es referencia y en las citas más importantes, en los momentos complicados, siempre está, siempre con el gol a cuestas.