Diego Mariño llegó este verano y se ha hecho con la titularidad en detrimento de Jaime y Dani Hernández. Este último ha sido cedido al Asteras Trípolis, mientras que el de Valdepeñas renovó para quedarse.
La portería fue un interrogante durante el curso anterior. Jaime Jiménez y Dani Hernández se disputaron la titularidad durante toda la temporada. Ninguno tenía el puesto asegurado. Miroslav Djukic no lo veía claro y utilizaba a cada uno cuando pensaba que se encontraban mejor que el otro. La confianza del serbio en ellos no era mucha y, pese a que él ya no está, la dirección deportiva decidió reforzar esa posición.
Diego Mariño fue el hombre elegido. Con su llegada, el equipo disponía de tres porteros. Dani Hernández tuvo que hacer las maletas para irse a Grecia, donde jugará dos temporadas en calidad de cedido en el Asteras Trípolis. Puede que el venezolano fuera el que menos gustó al nuevo entrenador del Real Valladolid, Juan Ignacio Martínez, o que la renovación de Jaime invitara a que este se quedara. El motivo más razonable es que el internacional vinotinto buscase minutos en año de Mundia, y aquí no era seguro que los fuera a tener.
Al principio JIM no sabía quién iba a defender el arco. El entrenador probó a todos los porteros en los primeros partidos, aunque en el último tramo de la pretemporada todo apuntaba a que Mariño sería el guardameta. Con él, el equipo gana a la hora de sacar el balón jugado desde la defensa. Sus compañeros confían en el gallego para esa faceta que pide el juego del Real Valladolid.
Pero esa no es la única virtud del internacional con las categorías inferiores de la selección española. Cierto es que es un portero casi desconocido, puesto que las dos últimas temporadas en las filas del Villareal se las pasó, prácticamente, en blanco. Pero en esta pretemporada se le ha podido ver con buenos reflejos. Mientras, en el juego aéreo tiene que mejorar. Su juventud es el mejor aval para corregir los errores y seguir creciendo.
Por otro lado, Jaime defenderá la camiseta del Real Valladolid por tercera temporada. Para él será su segunda temporada en Primera División. Pese a la falta de experiencia en la máxima categoría, el de Valdepeñas es un portero veterano. Y conocido. Este curso su papel será diferente, puesto que tiene difícil hacerse con la titularidad. Es un guardameta de garantías si el equipo lo necesita en algún momento y, además, ayudará a Mariño a crecer estando a su lado.
La portería parece más segura esta temporada que la anterior. Los papeles han cambiado, pero el objetivo sigue siendo el mismo. El Real Valladolid quiere volver a ser uno de los equipos menos goleados. Ahora, el protagonista es otro. Diego Mariño tiene todas las papeletas para asentarse en el puesto. El gallego apunta alto y quiere llegar lo más lejos posible. De momento, ya es titular en un equipo de Primera, donde solo lleva unos meses. Llegar y besar el arco.