El Real Valladolid Promesas ha dado un lavado cara a la temporada 2013/14 con el objetivo de formar jugadores válidos para el primer equipo.
Siempre se ha dicho, y en estos tiempos de crisis aún más, que la cantera es uno de los bienes más preciados de un equipo profesional de fútbol. En el Real Valladolid, aunque no lo parezca, también la hay y con algún jugador prometedor entre sus filas. El Real Valladolid Promesas militará una temporada más en el Grupo VIII de Tercera División, donde peleará por conseguir una de las cuatro plazas que dan derecho a jugar los play-off de ascenso a Segunda División B y culminar la presente temporada convirtiéndose en un equipo de bronce.
Los problemas con los que se puede encontrar Javier Torres Gómez, entrenador por tercera temporada consecutiva del filial, son principalmente dos: el primero radica en las dos últimas temporadas en las que el Promesas ha hecho un buen papel, pero sin el premio del ascenso. El segundo son las bajas de jugadores importantes y el gran rejuvenecimiento que ha sufrido la plantilla de cara a la temporada 2013/14.
Así, aunque la competitividad de la categoría ha descendido, con los ascensos de Burgos y Cultural y la desaparición del Palencia, el técnico vallisoletano deberá afrontar el curso con un equipo en el que más de la mitad de los jugadores son menores de veinte años. No obstante, detrás de este dato se esconde una realidad, y es que gran parte del plantel tiene ya experiencia en la categoría.
Varios de los recién llegados han jugado ya en Tercera, y alguno ha debutado incluso en Segunda B. Sin embargo, serán los Rodri, Fran No, Jorge Pesca, Alberto o Antonio Amaro quienes deban llevar el peso del vestuario y hacer que todos remen hacia la orilla deseada, la de la promoción. Calidad, a ellos y a sus compañeros, no les faltará, pues esa es la contrapartida que se busca con la juventud: la bisoñez viene de la mano de jugadores con mucho potencial, como Keven, Teto o Anuar.
La pretemporada
Este verano Javi Torres Gómez no se puede quejar de no haber realizado una pretemporada en condiciones. El concepto de formar jugadores ha permitido al técnico madrileño tener a su disposición a todos los futbolistas desde el primer momento. Bien es verdad que Casado inició los entrenamientos una semana antes al recibir la llamada de Juan Ignacio Martínez.
En el partido que disputaron el primer equipo y el filial se pudo comprobar que el central palentino no viajaría a Murcia y podría incorporarse al trabajo del Promesas desde el primer día. Al igual que Casado, Pesca y Alberto también fueron llamados por el técnico alicantino, pero para completar un entrenamiento.
Esto ha sido positivo para el filial porque se ha podido preparar bien desde el primer momento. A excepción del encuentro que jugaron contra el primer equipo –apenas llevaban una semana de entrenamientos- las sensaciones en el resto de amistosos han sido bastante positivas y no solo en cuanto a resultados.
Bajas importantes
Si ya en el mercado invernal de la pasada campaña se fue Javi Navas, uno de esos jugadores a los que se le veía una mayor proyección dentro del club, este verano han seguido sus pasos el portero Facundo, los defensas Adrián Pérez y Bardanca, los centrocampistas Alberto Gil y Álex González, el extremo Rubén Peña y el delantero Lolo.
El caso de estos dos últimos jugadores es particular con respecto al del resto. El primero terminaba contrato, aunque se esperaba que seguiría, mientras que la vinculación del segundo con el Real Valladolid finalizaba en junio de 2014. Los dos llegaron a debutar en Primera División el pasado curso y estaban en la lista de Juan Ignacio Martínez para seguir entrando paulatinamente en el primer plantel, pero sus planes eran otros.
El abulense rechazó la primera oferta de renovación que le planteó el club y realizó una contraoferta a la que la entidad blanquivioleta no pudo o no quiso llegar, y tras mucho esperar, la relación se rompió y dio con los huesos de ‘Peñita’ en el Guijuelo de Segunda B. Lolo, por su parte, acabó en el filial del Benfica, no sin levantar previamente una buena polvareda.
El extremeño decidió rescindir de manera unilateral su contrato para, según él mismo, dar un paso más en su carrera deportiva; también en lo que a cuestiones económicas se refiere. La problemática se halló en que el Real Valladolid entendía que era profesional, por lo que amenazó con denunciarlo y reclamar los tres millones que figuraban como cláusula de rescisión, aun cuando los agentes del jugador defendían que su contrato era amateur y bastaría -como así reconoce ya el club- con abonar los derechos de formación.
La mano de Víctor se nota en los fichajes
Ante las numerosas bajas al final de temporada, la dirección deportiva se ha visto en la obligación de reforzar el filial blanquivioleta, sobre todo la línea defensiva del equipo que es la que más mermada quedó. Tan solo se han realizado cinco fichajes: Adrián, Juanmi, Xavi Carmona, Vadillo y Cayetano, de los cuales los tres primeros son defensas. Además de estas cinco caras nuevas, han promocionado del Juvenil División de Honor Anuar, Álex Rabadán, Keven, Teto y Colino.
El Leganés y su filial han sido el principal lugar de procedencia de los fichajes. Aquí ha tenido mucho que ver el nuevo coordinador de cantera, el exblanquivioleta Víctor Fernández, que colgó las botas en el equipo madrileño y conoce bien las categorías inferiores del conjunto pepinero. Además, de Madrid ha llegado otro jugador, Adrián, y el último, Cayetano, de Murcia.
Por el momento los recién llegados que más han destacado en pretemporada son los laterales. Juanmi y Carmona se han hecho con un puesto en el once gracias a un buen hacer que, en el caso del lateral derecho, le ha valido ya para ir convocado con el primer equipo y ser un asiduo en los entrenamientos de Juan Ignacio.
El rol de la cantera
Supuestamente, el papel de cualquier cantera pasa por formar jugadores de los cuales pueda nutrirse el primer equipo. Esto es lo que busca hacer el Real Valladolid a partir de esta nueva temporada con la formación de un bloque tan joven, hacer crecer a jugadores que a medio-corto plazo puedan estar en una categoría superior. No obstante, en honor a la verdad, esta política se empezó a forjara con el ’20+5′ fallido de Miroslav Djukic.
Rodri, Iván Casado, Pesca, Amaro, Javi Navas y Lolo fueron algunos de los canteranos elegidos por el serbio para participar en los distintos entrenamientos del primer equipo en la temporada 2012/13, buena parte de ellos, desde la misma preparación, en la que también se pudo ver a Rubén Díaz o Rubén Peña.
De todos ellos, solo Peñita y Lolo contaron con minutos. Y el rol cubierto por ellos y los demás, en buena medida, pasó por rellenar convocatorias en tiempos de lesiones o sanciones, como ocurrió principalmente con Jorge Pesca e Iván Casado. Tal es así que en muchos entrenamientos se les vio como parche, fuera de sitio, como a Rodri de central.
Este año, con Juan Ignacio, las cosas parecen haber cambiado, aunque a la vez todo sigue igual, por el momento. En pretemporada no se han prodigado demasiado con el primer equipo, sino que han entrado paulatinamente. Como relleno, también, pero en su posición. Sin que parezca que ellos son el plan, lo son.
Su uso no tiene que ver con ese manido ’20+5′, sino con las necesidades que generan coyunturas. No entran por hacer ver una política que luego no se plasma, sino por obligación y donde deben, de manera que su motivación, hasta la fecha, es mayor que la que tenían con Miroslav Djukic, con quien no veían llegar la oportunidad, en parte, por verse desplazados, tal y como se ha explicado.
Después de que los teóricos mejores jugadores del filial no mejorasen, por la falta de minutos y de entrenamientos de calidad, en sus puestos, la premisa de cara a esta temporada pasa porque sigan entrando solo como hasta ahora. Del parche y el relleno se ha pasado a solo situaciones apremiantes, lo que ha permitido que la preparación del filial fuera mejor y el trabajo diario más ordinario.
Los jóvenes jugadores de que dispondrá Javier Torres Gómez aprenderán el oficio en Tercera o más arriba cuando JIM lo estime oportuno. Los laterales como laterales y los extremos como extremos. Tendrán, en su gran mayoría, margen suficiente como para destacar en la categoría en la que militarán y ganarse lo que otros no pudieron o supieron, un lugar, sino en el primer plantel, sino en un superior nivel, como Lázaro, Quique o Rueda en sus pasadas cesiones.
Alejados de la obligación de estar, estarán. Esa es al menos la idea. Tiempo tienen para forjar su camino.