Por tercer año consecutivo, Quique no ha sido capaz de asentarse en el primer equipo y probablemente abandone el Real Valladolid.
Hace tres temporadas, y a pesar de que por aquel entonces el entrenador del Real Valladolid, Antonio Gómez, había preferido a Bacari para que fuese el delantero del filial que tuviera minutos con el primer equipo, la dirección deportiva prefirió apostar y depositar toda su confianza en el segundo ariete del Promesas, Quique, ofreciéndole en el verano de 2011 un contrato profesional que le vincularía a la entidad blanquivioleta hasta junio de 2014.
En la temporada 2010/11, en la que debutó en Segunda División con la elástica blanquivioleta, disputó un total de seis partidos. Acumuló muy pocos minutos, 145, pero su buen hacer en el Real Valladolid Promesas y los detalles que dejó en estos encuentros con el primer equipo le valieron para ganarse la oportunidad de ser jugador profesional a todos los efectos.
Y entonces llegó Djukic. Al principio, parecía que la suerte iba a sonreír al canterano. Era uno de los elegidos para formar parte del ya famoso 20+5 del técnico serbio y fue llamado para realizar la pretemporada con el primer equipo en Mondariz. Su juventud y su inexperiencia hicieron que el ariete vallisoletano no convenciera al cuerpo técnico y tuviera que hacer las maletas.
Después de un largo verano, el Real Valladolid llegó a un acuerdo para que Quique saliese cedido a la Unión Deportiva Logroñés, militante en la Segunda División B, para que se foguease y cogiera minutos. Que se incorporara tarde a la disciplina del equipo riojano y una inoportuna lesión hizo que al canterano blanquivioleta le costará entrar en la dinámica del equipo.
Todo esto se tradujo en una año pobre para Quique, futbolísticamente hablando. El delantero disputó veintiún partidos de los cuales diecinueve fueron como suplente. Con un pobre bagaje de minutos en su haber, de tan solo 352, regresó a casa para intentar por segundo año consecutivo convencer a Djukic.
Pero no. El Real Valladolid ya no estaba en Segunda, sino en Primera, y su cesión había sido un tanto improductiva para los intereses del club. El jugador no gozó del rodaje suficiente para adquirir esa experiencia que se le exigía si quería jugar con el primer equipo. Tanto es así, que Quique ni siquiera viajó a Mondariz en la pretemporada de 2012/13.
Si Quique ha vivido alguna vez un verano raro e incierto, ese fue el de 2012. Cuando a la dirección deportiva se le comunicó que el jugador no entraba en los planes de Djukic, esta le ofreció rescindir los dos años de contrato que aún le restaban. Pero el jugador no aceptó abandonar el club.
Fue entonces cuando el Real Valladolid anunció que Quique se iría cedido al Guijuelo, equipo de Segunda División B, y que también hizo oficial la contratación del delantero. El problema fue que el vallisoletano nunca llegó a firma dicha cesión y, por tanto, nunca fue jugador del equipo salmantino. Este desajuste de intereses ocasionó que el vallisoletano acabará jugando de nuevo el Real Valladolid Promesas la temporada pasada.
Se incorporó tarde, en la jornada seis, pero fue, sin duda, el mejor de todo el equipo, y no solo por sus diecinueve goles. Su buen hacer en el filial y la llegada de Juan Ignacio Martínez al banquillo del Real Valladolid podían hacer presagiar que Quique, de una vez por todas, podría entrar en los planes del primer equipo.
Al principio todo hacía indicar que sí. El míster lo trataba como a uno más y se lo llevó a la concentración de San Pedro del Pinatar donde las sensaciones del jugador eran bastante positivas, gozó de un puñado minutos y hasta llegó a anotar algún gol.
Esta vez no fue Djukic el que llegó para frenar su progresión en el Real Valladolid, sino Humberto Osorio. El delantero colombiano llegó este mismo lunes y ya el martes viajaba con el resto del equipo para disputar el amistoso que le enfrentará al Cagliari, mientras que Quique, sin ningún tipo de problema físico, se quedaba en la capital del Pisuerga para entrenarse en solitario en Los Anexos.
Su futuro es más bien incierto. Todavía no es oficial que Quique vaya a abandonar el Real Valladolid, aunque es lo más probable. Ahora la cuestión radica en que el canterano no puede salir cedido (por estar en su último año de contrato), por lo que una de las soluciones más factibles sería la rescisión del contrato que une ambas partes.
El nuevo Salamanca Athletic Club de Hidalgo o la recién ascendida Cultural y Deportiva Leonesa han sonado como posibles destinos del jugador, simples rumores, ya que ninguna de las partes supuestamente implicadas se ha pronunciado -de hecho, el punta dice no saber nada de esos rumores-.
Lo único claro en toda esta historia es que Quique es el eterno descarte del Real Valladolid, un no querido que jamás se ha rebelado contra el club que lo vio crecer, que nunca ha levantado la voz y que acepta su sino –dentro o fuera del Real Valladolid- con tanta resignación como profesionalidad.