La dirección deportiva del Real Valladolid trabaja en la continuidad aún inconclusa de Jaime y Carlos Peña, quienes finalizan contrato el próximo treinta de junio.
La prontitud con la que el Real Valladolid ha salvado la categoría, ha facilitado la labor de previsión de la dirección deportiva del conjunto blanquivioleta, capitaneada por Alberto Marcos. Entre sus funciones se encuentra la de trabajar con las renovaciones de futbolistas que terminan contrato al finalizar la temporada 2012/13.
Las decisiones que se tornan inaplazables sitúan en el núcleo a Carlos González Peña, Jaime Jiménez y Omar Ramos. En la mesa de negociaciones, también aparece el nombre de Mikel Balenziaga, cuyo destino parece ligado al Athletic Club –pese a quedarle un año más en Valladolid-. Los leones disponen aún de un mes para formalizar el regreso del lateral vasco a Bilbao.
Carlos Peña, la negociación estirada
No ha sido un año mágico para Carlos Peña en el plano individual. En segundo plano, sin apenas participar en los esquemas de Miroslav Djukic, tan solo ha disputado 994 minutos en todo el campeonato, dispersados en diecisiete partidos. Ha sido, por tanto, el cuarto futbolista menos empleado –solo por delante de Juan Neira, Valdet Rama y Javier Baraja-. Sin embargo, en el tiempo que ha pasado sobre el césped, ha cumplido, incluso en la ubicación de defensor central, convirtiéndose en un futbolista apto para seguir formando parte de la plantilla vallisoletana del siguiente curso en la máxima categoría.
Por ello, el Real Valladolid trabaja para sellar una renovación que lo mantenga en el club, máxime si la salida de Balenziaga hacia el Athletic Club de Bilbao se ejecuta, acción que dejaría el lateral zurdo del Nuevo José Zorrilla desamparado.
Las negociaciones entre la representación del jugador salmantino y el club pucelano se han extendido desde inicios de año, tiempo en el que han sopesado la oferta de la entidad pucelana para decidir una solución que beneficiara a ambas partes. Pero todo hace indicar que en el capítulo final, jugador y club se entenderán porque la predisposición, como siempre ha resaltado el lateral en sus declaraciones, ha sido buena.
Jaime Jiménez, una despedida por si acaso
La historia de Jaime Jiménez bien podría definirse como un vaivén. Desde la titularidad inicial en liga, transcurriendo por el ostracismo de la suplencia durante dos tercios de competición hasta la satisfacción de verse, de nuevo, bajo palos y rindiendo a su nivel más elevado desde que llegara a Valladolid. El guardameta manchego se ha hinchado de confianza para el tramo final de liga y se ha establecido como uno de los futbolistas más valorados en este tiempo.
No obstante, aunque el club quiere que el portero se quede un año más, la renovación no ha avanzado como sería conveniente y, a estas alturas, es posible que Jaime no continúe la próxima temporada en Pucela. Uno de los dos porteros del primer equipo tiene que abandonar el Real Valladolid al finalizar el mes de junio.
Jaime, privado de la renovación automática por no alcanzar el setenta de partidos jugados esta campaña, tendrá que solucionar con la dirección deportiva su continuidad en la capital castellana. La despedida de toda la grada vallisoletana después de que el Valladolid cayera derrotado con el Celta hace supone, si no un adiós, sí un hasta luego, un «por si no vuelvo». Jaime, en el plano personal, desea quedarse en Valladolid.
Omar Ramos y el Huesca
Omar Ramos, uno de los futbolistas más escurridizos y habilidosos del plantel, también ha vivido una temporada de drásticas emociones. Del agrado de Djukic, ha formado parte del big five de jugadores con más minutos a sus espaldas este año. Sin embargo, su regularidad ha ido desmembrándose con el paso de las jornadas, ayudada por la llegada desde el norte de Daniel Larsson, quien le ha quitado la banda izquierda en un 2013 no demasiado positivo para el extremo canario.
El objetivo de Djukic se centraba en ejercer la cláusula de compra de Omar para verlo crecer a orillas del Pisuerga y evitar así que su estancia en Valladolid se reduzca a una cesión anual. El problema, que en Ley Concursal, las operaciones económicas deben pasar por varios filtros antes de desembocar en hechos, y desembolsar 800.000 euros al Huesca por un futbolista que ha ido disipándose durante la temporada puede parecer un procedimiento arriesgado.
El deseo de Henrique Sereno
La tesitura del central luso es análoga a la de Omar. Sereno desea quedarse en Valladolid –y rescindir, por tanto, su contrato con el Porto de Vítor Pereira-, ciudad en la que se siente cómodo y donde está asentado. Pero, de nuevo, los billetes se convierten en la barrera más alta, porque las condiciones económicas que rodean al contrato del futbolista son prácticamente inalcanzables, en la actualidad, para el Real Valladolid.