Hace algo más de un año, Fabián Orellana se regodeaba a «todo volumen» de la victoria de su equipo en Zorrilla. En unos días puede certificar su descenso en el mismo escenario.
El kharma es esa energía trascendente, invisible e inmensurable, que se desprende de los actos de la persona y que en muchas ocasiones es interpretada como una ley de causa y efecto. Bien lo sabe el jugador del Celta de Vigo, Fabián Orellana, quien hace un año, aproximadamente, se paseaba por la zona mixta de Zorrilla con la canción de ‘Danza Kuduro’ a todo volumen celebrando la victoria de su equipo, pero que un año después ha traído como consecuencia el efecto: el posible descenso en el campo donde se regocijó.
La danza angoleña que retumbaba en el iPod –conectado a unos altavoces- de Orellana aún resuena en la zona mixta del José Zorrilla después de aquel Pucela 1-2 Celta, allá por el mes de marzo de 2012, partido entre dos rivales directos por el ascenso a Primera.
El ascenso directo del vigués y los play-off del Real Valladolid quedaron certificados el tres de junio de 2012, cuando los vigueses empataron a cero con el Córdoba –equipo que posteriormente caería eliminado de manos de los blanquivioletas-, en un partido en el que no hubo ni un solo tiro a puerta y donde el punto beneficiaba a gallegos y andaluces: los primeros eran de Primera y los segundos se alzaban con la sexta plaza, última que daba derecho a jugar la promoción.
En realidad lo que molestó a los allí presentes y posteriormente a la afición no fue el qué, sino el cómo. La falta de respeto que mostró Fabián Orellana aquel día hace que el partido del domingo tenga una pequeña cuenta pendiente entre el delantero chileno y el respetable de Zorrilla, o por lo menos con sus entrañas.
Haciendo alarde del refranero español, a Orellana se le podría aplicar «el quien ríe el último ríe mejor». El sino ha querido que los vigueses lleguen a Zorrilla con el agua al cuello, con pie y medio en el infierno de Segunda y con sus últimos halos de vida pendiendo de las manos de los blanquivioletas.