El extremo del FC Barcelona se ha convertido, en los últimos meses, en uno de los revulsivos del equipo azulgrana gracias a su buen estado de forma.
Como un des-Tello fugaz llegó, como tal se fue para terminar regresando a su punto de partida con más fuerza que nunca. Cristian Tello Herrera (Sabadell, once de agosto de 1991) es uno de los jugadores más en forma y prometedores de la primera plantilla del FC Barcelona y así lo está demostrando en el tramo final de liga.
Para llegar tuvo que marcharse. El extremo catalán llegó a la Masia con doce años como uno jugador de futuro –en una temporada, jugando como delantero centro, marcó 64 goles- pero por gajes del oficio su progresión se estancó y tuvo que abandonar el barco culé-.
Como un náufrago aferrado a una roca para llegar a la orilla, fichó por el juvenil del Espanyol, donde resurgió cual ave Fénix para demostrar su valida y llegar de manera fulgurante al filial del equipo periquito, debutando como profesional en la temporada 2009/10 en Tercera División. Este rápido ascenso hizo que varios ‘primeras’ acudieran en su rescate, pero finalmente fue el Barça quien, de nuevo, se lo llevó.
Resuvulsivo, suplente y descarte
Tello volvió a casa con más ganas que nunca. En la 2011/12, el extremo catalán demostró todo su potencial en el filial, que militaba en la Segunda División B. Su velocidad, su calidad en el regate y su fútbol incisivo y profundo lograron que Guardiola se fijase en él y le diese la oportunidad de debutar con el primer equipo.
Fue en Copa del Rey ante el Hospitalet en noviembre de 2011, contra quien se estrenó como goleador anotando dos goles. Su debut en Primera se hizo esperar un poco más, hasta el veintiocho de enero de 2012 ante el Villarreal mientras que su primer gol en la máxima categoría llegó tan solo una semana después ante la Real Sociedad. En esta temporada también se estrenó en Champions, en un año en el que demostró que era un revulsivo eventual, un buen suplente y descarte en ciertas ocasiones.
Es en la presente temporada, de la mano de Tito Vilanova, cuando se asienta de forma definitiva en la primera plantilla. Su comienzo fue inmejorable: dos asistencias de gol en el primer partido de liga, dos goles en Champions ante el Spartak de Moscú y un juego vibrante a la par que veloz y descarado.
Un caso curioso
Aprovechar la titularidad para conseguir la siguiente es su filosofía y más en un equipo donde la plaga de estrellas le ha condenado a ser el último delantero.
Es curioso e incluso un poco sorprendente que el extremo, en un gran estado de forma, no esté gozando de más minutos y más teniendo en cuenta que Villa, Pedro y Alexis están alejados de su mejor versión y Messi anda renqueante desde su lesión.
ha sido determinante ante Celta –gol y asistencia-, Mallorca y Zaragoza (partido en que anotó dos goles emulando al mejor Henry), descarte en los partidos de vuelta ante París Saint Germain y Bayern Múnich, suplente en San Maées y nuevamente crucial en el Camp Nou ante el Betis.
Cristian Tello es un jugador más veloz que técnico, profundo, que sabe abrir bien el campo, sin complejo alguno cuando llega a las inmediaciones del área y con gol. En los diecinueve partidos (once como titular y ocho como suplente), lleva siete goles más uno más en Champions, gol que marcó en uno de los cuatro partidos que ha disputado en esta competición.
Con el ’37’ a la espalda deja grandes des-Tellos de calidad siempre que le dejan. Es un delantero irreverente, algo que gusta al aficionado culé, que le permite estar en continuo magnetismo con la afición, a la que le atrae lo complejo, y un ejemplo de que para avanzar y llegar a ser alguien en el Barça hay que ir poco a poco, paso a paso, minuto a minuto.
Un naufrago que no llegó a la deriva, que fue rescatado por aquel que le abandonó y que ahora vale diez millones de euros, precio que algunos equipos, como el Liverpool, están dispuestos a pagar.