Por lo visto en los entrenamientos, el albano-kosovar no termina de acoplarse al ideario de Miroslav Djukic.
Pongámonos en situación. Nos encontramos en el mercado de invierno, ansiosos por la llegada de un jugador. Llegamos al último día con la única incorporación de Larsson, que fue más un fichaje de otoño. Las esperanzas de la parroquia pucelana de ver llegar a algún nuevo jugador eran mínimas, después de la frustrada firma del italiano Fausto Rossi. Todo hacía prever que el Real Valladolid no tendría nuevos efectivos. De pronto, de la nada, aparece Valdet Rama.
Las imágenes que de él se podían ver en YouTube le pintaban muy bien. De hecho, en un vídeo sobre el jugador le nombraban como el Cristiano, por Ronaldo, de Kosovo. Rama llegó procedente del Örebro sueco, que, dicho sea de paso, descendió a Segunda el pasado mes de noviembre.
No obstante, cabe pensar que quizá esos vídeos fueron filmados cuando se encontraba en un gran estado de forma, en buena medida porque, teniendo en cuenta que en los últimos diez partidos que disputó en la Allsvenskan no fue titular en ninguno, Valdet tuvo difícil mostrar esos detalles.
Eso sí, el albano-kosovar consiguió un gol en el poco tiempo que estuvo en el terreno de juego. Tanto, en el descuento, que sirvió para dar un punto a su equipo, anecdótico. El equipo firmó el descenso en ese partido, cuando todavía quedaban tres jornadas para la conclusión del campeonato, y el extremo se despidió de aquella liga saliendo en el minuto ochenta y cinco en el último encuentro.
Parado desde el cuatro de noviembre del año pasado, Rama llegó a Valladolid casi tres meses después. Y bastante fue la expectación por ver su primer entrenamiento el pasado cinco de febrero. Desde entonces, el jugador está prácticamente inédito y solamente ha entrado en una convocatoria, frente al Betis, y a pesar del mal juego del equipo Miroslav Djukic no consideró oportuno que debutara.
Valdet Rama ha llevado por bandera la intensidad desde que aterrizó en Pucela, aunque en el apartado técnico, desde la primera sesión que realizó, viene mostrando ciertas carencias que hacen difícil pensar en que participe a corto plazo con el equipo, ya que aunque ganas no le faltan, por más que aún tenga tiempo, lo cierto es que no termina de acoplarse al ritmo de sus compañeros y sigue aún fuera de forma, pagando así el haber estado parado durante tanto tiempo.
En los entrenamientos se encuentra perdido, desesperado por no lograr zafarse de sus compañeros, tan intensos como él o más y con unos conceptos táctico-técnicos más rápidos y de un nivel mucho mayor. Y además de no encontrarse a la altura en este plano, el idioma es otra gran barrera, ya que la falta de entendimiento con aquellos con los que comparte vestuario juega en su contra.
Que Rama va con todo en todas las sesiones es un hecho constatable. Pero algo pasa. No duda en ir al suelo en cada acción para ganar un balón, pero cuando se trata de jugar con él, la cosa cambia. Y si a eso se le añade la falta de comunicación con el resto de la plantilla… No obstante, el hecho de que esté saliendo de una lesión y esas barreras invitan a confiar. Para verlo (bien) sobre el césped habrá que esperar.