Roberto Trashorras y Piti conforman parte de la columna vertebral del Rayo de Paco Jémez, en el momento más elevado de sus carreras deportivas, que alcanzan su máxima madurez.
El fútbol no suele esperar demasiado. Concede lo justo, y no siempre. Brotes de talento que se quedan ahí, comidos por el barrizal de cualquier terreno de juego. Brotes que alimentan historias idóneas para la buena literatura deportiva, como la de ‘El Trinche’ Carlovich, un exfutbolista argentino que pudo rozar el aura de Maradona. Pudo.
En el barrio de Vallecas se está experimentando la antítesis del fracaso, de las expectativas frustradas. La literatura da un vuelco y se encuentra con que dos futbolistas en plena madurez, cuando comienzan a saludar al teórico declive de su carrera, alcanzan su cima de nivel individual y repercusión colectiva, en el Rayo Vallecano.
Entonces, el boceto previo a una gran historia debe ser tachado, porque ahora, el talento que se perdió entre tantos, aflora y sobresale, una vez pasados los treinta.
Roberto Trashorras (Rábade, Lugo, 32 años) ha pasado la mayor parte del tiempo en campos de Segunda División, aunque haya crecido en La Masía y compartido experiencias con Andrés Iniesta, Pep Guardiola o Carles Puyol. También, accedió a la petición de Valdano para unirse a la disciplina del Real Madrid, en el segundo equipo –una vez que no acepta continuar en el filial blaugrana-, con el que asciende a Segunda División.
Después conoció el frío de Soria y la constante primavera cálida de Las Palmas, antes de desembarcar en el último puerto. Solo había conocido la Primera División cuando debutó en 2001, a los veinte años con el FC Barcelona. Pero aquello supuso un saludo y una despedida precoz. Hasta Vigo.
De vuelta a Galicia, se enfundó durante tres temporadas la celeste para ascender al máximo nivel del fútbol español, aunque sus intenciones se vieron truncadas y su final en el Celta distó mucho de una despedida idónea. Paco Herrera ya dirigía al equipo que ascendería un año más tarde y, para la planificación de esa exitosa temporada decidió que Trashorras no entraba dentro de sus planes, pese a que, aún, le restaban dos años de contrato con el club vigués.
Roberto solo quería llegar a la cúspide, porque habían pasado demasiados años sin que pudiera agarrar la oportunidad definitiva. Entonces, el Rayo Vallecano de Sandoval se fijó en él y lo aupó a La Liga, en la que ha ido creciendo con el paso de los meses. En su primera temporada en Primera División sufrió hasta el tiempo de descuento del último partido, anotó dos goles y acumuló 1.667 minutos que lo convirtieron en el octavo futbolista más utilizado por el técnico rayista.
Pero Sandoval, ya salvado el equipo, se fue de Vallecas, cediendo el testigo a un entrenador, Paco Jémez, que contemplaría el cénit de Trashorras. El artífice de que describir al Rayo Vallecano como un equipo osado no signifique suspicacia; de que lo valiente esté de moda en La Liga; y de que tanto Trashorras, como otro hombre que se encuentra en la mejor etapa de su carrera, Piti, exhiban en la élite ese talento que resiste al barrizal.
Roberto es irreemplazable para Jémez. El último pase; acompañante en la zona de creación del mediocentro defensivo, Javi Fuego, como paradigma de la propuesta del entrenador cordobés. Es el tercer jugador con más minutos jugados -1.685, más que en toda la campaña anterior, repartidos en veintidós partidos -, por detrás de Tito y Fuego, y convirtió un gol en la primera jornada liguera que valió tres puntos.
A Jémez, el nivel adquirido por Roberto en la última etapa de su vida deportiva, no le sorprende. En una entrevista realizada la semana previa al enfrentamiento del Rayo con el Real Madrid en el programa ‘Al Primer Toque’, de Onda Cero, aseguró que se está viendo al mejor Trashorras y que «podía haber sido más».
Para el técnico rayista, a Roberto «el fútbol le está dando, y él se ha ganado, una oportunidad de demostrar lo que realmente vale”. Pero, entre la línea del lamento sereno y la sorpresa, explicó que cuando lo ve entrenar, piensa: “¿Cómo no ha llegado a jugar en un equipo mucho más grande»”.
Y lo mismo razona sobre Francisco Medina, Piti (Reus, 31 años). El interior zurdo del Rayo y capitán, debutó con el club franjirrojo en mayo de 2007 ante el Pontevedra, en Pasarón. Desde lo más profundo del fútbol español ha visto ascender a su equipo, con algún tropiezo, los escalones necesarios para alcanzar la Primera División, mientras económicamente perecía y atravesaba momentos comprometidos que reforzaron el propósito conjunto de retornar a la élite.
Con dos ascensos a sus espaldas, la meta de Piti se ha transformado sutilmente. El actual Rayo, con el presupuesto más bajo de la categoría, ha completado la primera mejor vuelta liguera de su historia -31 puntos-. Lo deportivo se impone a su periferia, y ahí es donde el futbolista percibe la comodidad fundamental para desarrollarse, aun pasada la treintena.
Con diez tantos en su cuenta, Piti ha despertado su mejor faceta goleadora, estableciéndose como el máximo anotador del Rayo en la presente temporada, y el cuarto nacional -junto con Negredo-; además de configurarse como uno de los once futbolistas más empleados por Jémez en sus alineaciones -el séptimo, con 1.596 minutos en veintiún encuentros de Liga-.
Paco, preguntado en el programa radiofónico ‘Al Primer Toque’ por un futbolista más desconocido, pero de calidad especial, se tomó un respiro y lanzó un nombre: Piti. «Es uno de los mejores jugadores que he visto yo en mucho tiempo en cuanto a nivel técnico. Es algo espectacular», garantizaba el cordobés, mientras añadía que «era otro que había que estar metiéndole todos los días el dedo para que vaya para adelante y ganártelo».
Y eso hizo. Se lo ganó, y se regocija de estar viendo en un mismo equipo a dos jugadores a los que el fútbol esperó, aunque dilataran su llegada. «Yo creo que esa es la grandeza del fútbol, que los jugadores cuando ya creen que se les ha pasado todo, como puede ser el caso de Roberto, que ya parecía que están en el declive de su carrera, resulta que en un año somos capaces de ver al mejor Roberto Trashorras o al mejor Piti de prácticamente toda su carrera deportiva», sentenció Jémez.