La Cultural Leonesa llega a Los Anexos después de ganar sus últimos ocho partidos.

Muchos expertos dicen que el fútbol son momentos de formas, que hay días en los que te sale todo y otros en los que no das pie con bola. La Cultural Leonesa llega a Valladolid para enfrentarse al Promesas en el mejor momento para los leoneses de los últimos años y para ellos solo hay que mirar las estadísticas: llevan diecinueve partidos seguidos sin perder (una vuelta entera) desde que cayeran por tres a uno en La Albuera ante la Gimnástica Segoviana allá por el veintinueve de septiembre, siendo los segovianos la última víctima del conjunto de Luis Cembranos, que derrotó a los de Sedano por dos goles a cero el pasado domingo en el Reino de León.
Además de esta racha de partidos sin perder, lleva ocho partidos ganados consecutivos desde que cosechara un empate ante el Salamanca B en la capital leonesa, teniendo un balance en este último tramo de goles a favor y ninguno en contra. Los leoneses han mejorado mucho en defensa esta temporada y esta es la muestra, el hecho de llevar más de 720 minutos sin recoger el balón de las mallas, logro conseguido en gran parte por el trabajo del guardameta más habitual en la meta leonesa, Diego Calzado.
Todo esto se ha logrado a orillas del Bernesga a pesar de las polémicas que han rodeado a los leoneses en el último mes. A los problemas con Hacienda y las deudas, que han resurgido cuando parecía que estaban saldadas a causa de una serie de empleados que reclama impagos de hace unos años, cuando los gestores del club eran otros, se han sumado dos sucesos curiosos.
El primero de ellos involucraba a uno de los futbolistas de la Cultural, el belga Stallone, que debía volver a León el dos de enero para disputar el amistoso entre Cultural y Valladolid y que no llegó por «haber sufrido un leve accidente de tráfico», según palabras del belga. Stallone habló con el club y aseguró que volvía en distintas ocasiones pero no apareció por la ciudad leonesa hasta el veinte de enero, cuando apareció en el Reino de León dispuesto para jugar ante el Santa Marta.
Para dicho encuentro, obviamente, el belga no fue ni convocado y al día siguiente se reunió con los directivos para que mostrase los documentos que alegasen su estancia en el hospital y, tras no demostrar fiablemente este hecho, se le rescindió el contrato y se le buscó un sustituto, el madrileño Álvaro Valdés. El capítulo morboso de la Cultural no quedó aquí, ya que pocos días después el presidente del club leonés, Javier Baena, fue condenado a un año de cárcel por conducir sin permiso de conducir.
Volviendo a lo verdaderamente importante, al plano meramente deportivo, cabe destacar que un jugador de la Cultural Leonesa es natural de Valladolid, el lateral Luis Obispo, exjugador de Villaralbo y Tordesillas, y otros dos defendieron los colores del Promesas: el defensa central leonés Santi Santos y el delantero cordobés Juan Carlos Ortiz.
Estos dos últimos son varios de los pilares de Luis Cembranos, dos hombres que apenas rotan junto al lateral zurdo Álex Vázquez, y seguramente serán de la partida el sábado en Los Anexos.
Cembranos ha optado esta campaña por utilizar un sistema de rotaciones que no utilizaba el pasado año, con el que ha conseguido que prácticamente toda la plantilla esté enchufada y que una lesión o sanción que obligue a un futbolista a salir del once en un partido determinada le condene a ganarse el puesto en los entrenamientos, ya que el nivel competitivo del equipo esta temporada es muy alto.
El estilo de juego de los leoneses se basa en la contundencia y dominio de ambas áreas. La Cultural no ofrece un fútbol vistoso, de elaboración, ya que tiene pocos jugadores que podrían desarrollar este juego y sin defensas prácticamente que puedan sacar el balón jugado con solvencia.
Los de Cembranos utilizan un juego vertical y con mucha pegada, algo favorecido por el hecho de tener en sus filas al máximo goleador de la categoría, Juan Carlos Ortiz con veinte tantos, un delantero suplente con gol como Joshua y jugadores de segunda línea con pegada como Raúl Torres y David Álvarez. Además, inclinan el juego mucho hacia las bandas, donde tiene extremos habilidosos, rápidos y con buena capacidad para centrar e incluso para rematar, pero que, salvo el recién llegado Álvaro Valdés, no colaboran mucho en defensa.
A pesar de que suela practicar un fútbol directo, la Cultural no renuncia a tener la pelota y suele ser el acaparador de la posesión en muchos de sus partidos, aunque esta estadística disminuye cuando el resultado es favorable a los leoneses, momento en el que son más afines a los rápidos contraataques, método que suele ser efectivo gracias a los rápidos extremos y laterales del conjunto leonés.
En defensa destacan por el buen juego aéreo en el que Negral y Santos se imponen habitualmente, aunque el haádicap de la zaga leonesa es la escasa calidad para sacar el balón jugado y la lentitud para cubrir los huecos dejados a espaldas de la defensa. Tal vez sea esta una de las únicas formas de hacer daño a los leoneses.
La Cultural llega a los Anexos con la baja segura del mediocentro jerezano Dani Hedrera y con las dudas del extremo Jony Lomas y del portero Emilio. Las continuas rotaciones de Luis Cembranos hacen muy complicado prever cual será el once inicial que utilizará en la capital del Pisuerga, pero el que más posibilidades tiene de ser expuesto en el césped de los Anexos es el siguiente: Diego Calzado; Obispo, Santi Santos, Negral, Álex Vázquez; Bardal, Gonzalo; Mario Villar, Raúl Torres, Álvaro Valdés; Ortiz.