La vanguardia del Promesas ha conseguido marcar veintitrés tantos, total de goles a favor hay que sumar seis de Gil, uno de Fran No, otro de Amaro y uno último encajado en propia meta por un jugador del Numancia B.
El ataque del Promesas no ha destacado especialmente en esta primera vuelta por sus números, o no al menos en comparación con los cuatro equipos que le preceden en la clasificación. En el cómputo general son treinta y dos los goles que se divisan en la tabla, menos que Burgos, Cultural, Arandina y Segoviana, de los cuales veintitrés han sido anotados por los hombres de vanguardia del equipo de Javi Torres Gómez.
Quien ha anotado más, casi la mitad de esos goles, ha sido Rubén Díaz, goleador en once ocasiones. Es, por tanto, el pichichi del equipo, además del jugador que ha dispuesto de más partidos (dieciocho) y minutos (1.388) en la zona ofensiva del Promesas en lo que va de temporada.
El motrileño, que acaba de cumplir diecinueve años, está siendo una de las sorpresas del curso. Teniendo en cuenta los números de los delanteros en pasados años, daba la sensación de que el equipo precisaba un punta nato, y la elección no parece ni mucho menos errónea, vistos sus números y el juego desplegado en el campo, basado en una potencia que le permite caer a bandas, ser un ‘nueve’ posicional o formar parte de la triangulación en posiciones retrasadas.
Por su posición y en ausencia de Lolo, llamado a liderar el ataque blanquivioleta, debía ser él quien respondiese como seguro en la delantera, y hasta la fecha, sin duda, lo está haciendo, marcando y dando un buen número de goles. Este protagonismo, en cierto modo, es consecuencia de las convocatorias de Lolo con el primer plantel y a la tardía incorporación de Quique pero aun así ha sabido responder.
Precisamente Quique es el segundo jugador del ataque en cuanto a partidos y minutos jugador y goles, con siete anotados en los 907 minutos de que ha dispuesto en catorce partidos. Esa tardía incorporación tardía se debió a su breve y ‘rara’ cesión al Guijuelo, frustrada, pero que no le ha impedido mostrarse como uno de los mejores atacantes de la categoría.
Su vuelta, inesperada, supuso un respiro a la plantilla, pues es -junto a Gil- el jugador más experimentado del grupo. Un delantero que ‘tira’ más de saber estar que de picardía e impulsos. Ha dado estabilidad al ataque, aunque en ocasiones se eche en falta que se ponga al equipo por montera. No obstante, ofrece juego y ha ido creciendo en regularidad.
Si hay un jugador que ha sumado participaciones en silencio, sin duda es Zubi, que ha contado con 857 minutos en diecisiete encuentros, siempre a la chita callando, no por sí mismo, sino porque cuando se cerró el plantel pudo parecer que era uno de los eslabones más débiles del equipo.
Con Javi Navas, Quique, Lolo, Rubén Peña y Rubén Díaz, jugadores que venían de estar a las órdenes de Djukic, podía parecer que su participación iba a ser más bien de carácter residual, pero por el momento no ha sido ni mucho menos así, y se encuentra tan solo a la sombra de Rubén Díaz y Quique en la zona de ataque.
Es quizá el mayor gambeteador del filial. El jugador al que se le adivina una mayor capacidad para encarar, aunque no siempre lo haga ni sean siempre depurados. Además es versátil, pues a pesar de ser diestro ha jugado durante buena parte de su trayectoria en el club en la izquierda y Torres Gómez no ha dudado en intentar sembrar con él el caos colocándolo en zonas interiores.
Como con Quique, con el cuarto en discordia tampoco se contaba, después de que estuviese previsto que Javi Navas fuese parte activa del primer equipo esta temporada. De hecho, tampoco lo será ya del Promesas, ya que recientemente ha rescindido su vinculación con el Real Valladolid, un polémico contrato firmado en verano y que convirtió al abulense en objeto de tristes noticias.
Javi Navas disputó en la primera vuelta 836 minutos repartidos en trece partidos, en los que hizo dos goles. Se pueden antojar escasos en relación con su calidad, pero su situación no ha sido ni mucho menos sencilla; pues primero se incorporó también tarde al equipo de Javi Torres y luego le costó cogerle de nuevo el punto a un equipo del que había sido capitán general el curso pasado, tanto sobre el césped como fuera de él.
Su situación, a pesar de que Torres Gómez contaba con él, no era la idónea, por lo que la salida comentada parecía bastante esperada, y finalmente así se ha dado, en dirección al filial de Osasuna. En Pamplona disfrutarán -ojalá- de un jugador cuya calidad no puede ponerse en tela de juicio, pero que antes de su salida, sin embargo, podría haber mostrado por momentos otra actitud, aun en la coyuntura.
En quinto lugar en cuanto a participación se encuentra Rubén Peña, sin duda, el jugador revelación en lo que va de temporada no solo en el filial, sino en el plantel profesional, a pesar de haber anotado nada más que un gol. Lleva 775 minutos sumados en once partidos, que sin duda podrían ser alguno más de no ser por las llamadas recibidas del primer equipo, con el que ya ha debutado.
Este abulense de veintiún años se ha ganado por derecho propio un puesto indiscutible en el Real Valladolid Promesas, siempre que Djukic se lo permite y no le hace ser parte activa de un primer equipo con el que suele ejercitarse a diario desde pretemporada gracias a su velocidad y habilidad, pero sobre todo gracias a su trabajo y esfuerzo.
A simple vista no parece un jugador de estilo excesivamente depurado ni con una técnica excelsa, aunque no anda falto ni de una cosa ni la otra. Por lo que sí destaca sobremanera es, sin duda, por su garra, que le convierte en un suspiro de tranquilidad en el Promesas y en un recurso fiable para Miroslav Djukic. Ciertamente, se vacía tanto que en ocasiones pierde la posición. A base de esfuerzo, no tarda en recuperarla.
En quinto lugar, con 730 minutos en nueve partidos, se encuentra Lolo. Estuvo apunto de abandonar el club nada más finalizar el pasado curso, pero una más que posible pretemporada con el primer equipo hizo que decidiera quedarse. La llamada para realizar la preparación con el primer equipo finalmente se dio y no ha sido baldía, ya que desde entonces se encuentra a caballo entre el filial y la primera plantilla.
Aunque cuando falta el Promesas podría notar su ausencia, Javi Torres ha sabido mover sus fichas para minimizar lo máximo posible las consecuencias de no contar con el que probablemente sea el mejor jugador de la categoría, trabajando principalmente con Quique y Rubén Díaz por dentro. Resulta diferencial incluso con poco, como pocos son sus goles, apenas dos esta temporada en sus apariciones con el filial.
El último jugador con minutos en ataque es Rubén Sanz, Ruba, jugador que, como Zubi, llegó al Promesas procedente del Juvenil División de Honor. Como el extremeño, tenía bastantes números para jugar con asiduidad con Javi Navas y Quique fuera o Lolo en el primer equipo, pero teniendo en cuenta la participación de los tres en el filial, no ha podido entrar demasiado en juego.
Influye también en esto el hecho de que haya estado lesionado durante bastante tiempo, lo que, unido a lo anterior, le ha impedido jugar más de un veinticinco por ciento de los minutos disputados hasta el momento; en total 446, repartidos en trece encuentros, de entre los cuales partió como titular en cinco ocasiones.
Por la falta de continuidad, provocada por lo anteriormente comentado -promedia 34 minutos por cada partido que juega- no ha podido mostrarse en exceso, pero se trata de un jugador veloz, técnico, con llegada a línea de fondo y gol, y que la temporada pasada fue junto a Nacho el mejor jugador del Juvenil División de Honor.
En la portería Facundo permanece inédito, pero no es el único discípulo de Javier Torres Gómez pendiente de debutar. El mediático Andrea Mancini, hijo del entrenador del Manchester City, ha entrado en tres listas de convocados después de obtener la ficha del rescindido Gordillo, pero aún no ha jugado.
La salida de Javi Navas, unida al escaso fondo de armario con el que cuenta por el momento el primer equipo, que hace que Lolo y Rubén Peña sean parte activa de las tropas de Djukic, puede permitir que el italiano debute a corto plazo. Por ilusión no será, ya que en más de una ocasión ha reconocido que su deseo pasa por estrenarse en Primera este mismo año. No lo tendrá fácil, menos aún teniendo en cuenta el buen rendimiento ofrecido hasta ahora por sus compañeros en vanguardia.