Jesús A. Zalama habla de aquellos que, siendo contrarios al angoleño, muestran su disgusto porque vaya a disputar la CAN.
La hipocresía de ciertos iluminados por la gracia de Dios es ofensiva. Siempre he pensado que el hablar mucho y callar poco conduce a un estado de continua verborrea que acaba por minar cualquier esperanza de someter la palabra a la razón.
Con esta sección pretendo apretar el botón de ‘corregir’ en toda aquella cuestión que no solo a mí me parezca #lamentable, sino también al aficionado de a pie de nuestro Real Valladolid, de nuestro fútbol, o simplemente a cualquiera que pretenda expresar sus quejas con un altavoz más grande que su propia garganta y pecho. Para sugerencias, ahí tienen mi Twitter.
Podría empezar con múltiples cuestiones, ya diacrónicas, pero por ceñirme al rigor y a lo que pueda estar de actualidad, me limitaré para empezar a un tema muy concreto del que espero que usted, querido lector, también se haya percatado.
Manucho, jugador al que parece estoy pegado, marcó los dos goles de Angola en su partido clasificatorio contra Zimbabue este domingo, dando a los ‘Palancas Negras’ un billete para la CAN. De esta manera, Manucho se perderá partidos (en menor o mayor medida) en enero, lo cual en Valladolid -y a un servidor- no ha hecho mucha gracia. Dejando de lado que todavía no he visto a nadie resaltar el gran momento de forma que vive Alberto, me voy a centrar en otro tema con mayor muestra de hipocresía.
Es #lamentable que ciertas personas se disgusten por el hecho de que Manucho se pierda partidos en enero cuando ellos mismos se congratulan una y otra vez con sus ataques hacia este delantero, que terminan con el deseo (Dios mediante) de que el angoleño se marche traspasado lo antes posible.
No se pueden proferir insultos contra Manucho y luego enfadarse uno porque no esté, pero aún mucho peor es que se pida su inminente traspaso, sea por el motivo que sea, y a la vez disguste su participación -aun perdiéndose partidos con el equipo que le paga- en la competición que en el 2008 le catapultó hasta el Manchester United, su gran escaparate.
Se desea su traspaso, pero no que pueda exhibirse en un escaparate como la Copa de África. Se cree que no debería jugar en el Real Valladolid, pero hay enfado cuando clasifica a su selección, lo que le hará perderse partidos. ¿En qué quedamos?
Esta es la hipocresía de la que algunos hacen gala. Un jugador de fútbol no es una novia para que aprendas a valorarlo cuando ya lo has perdido, ni un cromo por el que esperas que te den lo máximo posible a cara oculta.
No diré nombres porque cada uno sabe lo que hace, y de qué es sujeto, pero en Twitter se puede investigar bastante bien este tipo de cosas, ya que sin duda, con la cara oculta, como cromo de Manucho que desearían algunos sin CAN, proliferan los hipócritas.