Rubén Arranz habla de los pros y los contras de alinear, dado su estado de forma, a Guerra por delante de Manucho.
Tras el agónico cierre de mercado para el Real Valladolid, como ya nos tiene acostumbrados, el equipo no incorporó a ningún delantero, tal y como parecía tras estar cerca de llegar jugadores como Dani Pacheco o Adrián Colunga, aunque ‘por culpa’ de éste, del otro o el de la moto no terminó por venir ninguno.
Estos hechos provocaron que se quedase en la plantilla finalmente Mateus Alberto Contreiras Gonçalves, Manucho, en contra de la voluntad del club por su alta ficha. Ficha que, paradójicamente, le ofreció el mismo club que ahora dice que es «caro».
A pesar de estas dos problemáticas, ahora mismo la plantilla del Real Valladolid cuenta con dos ‘nueves’ en la plantilla: Javi Guerra y el anteriormente citado Manucho.
El malagueño con suficiente crédito, no solo por sus cincuenta goles con el Real Valladolid en Segunda en dos temporadas sino por muchas más cosas, no está fino de cara al gol. Un gol que es de lo que vive el delantero. Javi Guerra en los partidos trabaja mucho, baja a recibir balones, abre espacios, arrastra defensas… pero no marca.
Es ahí, en el momento de baja forma de tu delantero ‘titular’, cuando tienes que tener un suplente de garantías, que le esté toda la temporada pisando los talones, para cuando no esté fino, el entrenador tenga recursos y pueda tener un recambio de garantías. Como ejemplo se me ocurre el Athletic de Bilbao donde si no está Llorente, está Aduriz. Si no está Aduriz, está Toquero. Tres delanteros, tres garantías.
A día de hoy y bajo mi opinión, Manucho no reúne las condiciones suficientes para ser ese jugador que esté continuamente haciendo competencia al titular. ¿Que cuando Manucho sale, corre, presiona, sube y baja? Sí, por supuesto. Pero sería delito que no lo hiciese saliendo fresco y con su portento físico.
Tenemos, entonces, en cuanto a ‘pros’, el trabajo de Guerra y la presión y físico de Manucho; y en cuanto a ‘contras’, la falta de gol, de llegada y de velocidad de Guerra y la falta de competencia, y a veces de compromiso, que muestra Manucho.
Por lo tanto, ya que este verano no se ha fichado un delantero, creo que es una obligación que se fiche uno que ponga las cosas difíciles a Guerra y a Manucho, y si tiene que sentar en el banquillo a ambos porque siguen desacertados, adelante. Hay que dejar a un lado el cartel de manuchistas o guerristas y empezar a ponerse el de pucelanistas.
Yo, como pucelanista, quiero que gane mi equipo, no un jugador en concreto. Y si el que mete los goles de la victoria es Guerra, adelante. Si es Manucho, también. Pero si tiene que ser Pepe Rodríguez porque ha quitado el puesto a ambos, igualmente adelante, por supuesto.
También, podríamos extrapolar este tema a Óscar, que lleva tres partidos un tanto desaparecido, aunque en este caso tiene por detrás a Alberto Bueno, Lolo y Neira. Bueno, a Neira en realidad, no.
Carlos Suárez, Alberto Marcos, Carlos Bucero, Ramón Calderón, Pedja Mijatovic… quien quiera que fiche en este club, ¡a currar!