Jesús A. Zalama habla en su primera columna de la temporada de los errores y aciertos que percibe en el Real Valladolid de este inicio de temporada.
El Real Valladolid no ha empatado todavía ningún partido esta temporada, pero suma tantos negativos como positivos, y aunque a la gente ajena a este equipo le pueda parecer que los pupilos de Djukic han hecho un gran comienzo, a los que ya seguíamos este equipo en Segunda División, todo lo bueno realizado en estas cuatro jornadas no nos pilla de sorpresa.
Que el Real Valladolid apueste por el toque, domine o juegue bien el balón no es sorpresa, porque ya lo hicimos el año pasado. Dando por conocida esa premisa, ¿qué más puede decirse que estemos haciendo bien?
La defensa parecía lo más entonado hasta ahora, pero el fallo de Jaime, y de toda la defensa, es imperdonable. La Primera División no se define por el cómputo global en equipos modestos, como si lo hace la Segunda División, en la que, el que mejor desempeña su labor, gana. Aquí en Primera, esto no es así.
Al haber mejores jugadores, se tiende más a aprovechar los fallos, que es la característica innata de un gran jugador. No se pueden regalar puntos de la manera en que se hizo el lunes porque ya muchos nos quitarán por ser mejor que nosotros, por ser peores nosotros, o por ‘errores’ arbitrales. Por eso y tras tres jornadas de una defensa bastante aseada, se siembran dudas, solamente por un error puntual, porque esto es la Primera División.
Si la defensa, a partir del lunes, crea incertidumbre -de ahí la posible entrada de Sereno en el centro de la zaga-, lo que no está ofreciendo garantías hasta ahora es el ataque, concretamente la finalización, ya que las jugadas bien hilvanadas si llegan.
El Valladolid lleva tres goles a favor, dos de ellos desde el punto de penalti, en cuatro jornadas. Queda todo dicho. No serían estos unos números alarmantes si el equipo estuviera, tras muchos fichajes, aún por conformar y el juego no fuera fluido, pero nada más lejos de la realidad.
El equipo, tras sus escasos refuerzos, sobre todo arriba, está bien conjuntado (aun con lo poco que tiene), y el juego es fluido, por lo que el dictamen no es otro que el de un equipo que no la mete. Y vuelvo a recalcar que en Primera los detalles son fundamentales, y aunque el camino más fácil al gol sea el buen juego, la mitad de los goles son detalles, ya sea por errores del contrario, aciertos puntuales propios, jugadas a balón parado…
El Real Valladolid necesita marcar, y sobre todo necesita que lo haga Javi Guerra. Ningún equipo es capaz de salvarse si su delantero no llega a una marca mínima de alrededor de diez goles (recordemos que el Valladolid de la temporada 2008/09 contó con el denostado Henok Goitom, que pese a fallar más goles de los que metió, llegó a la cifra de diez tantos). Nadie duda de su calidad, pero sí de que pueda contrastarla en Primera División.
En definitiva, el Real Valladolid tiene que corregir más cosas de las que pudiera parecer, y no es esta una acusación, sino un hecho plausible. Esperemos que los defectos se solucionen a partir del mejor arma de este Real Valladolid, y que si está ejerciendo, el buen juego.