Álvaro Rubio y Víctor Pérez son los encargados de manejar a un equipo con novedades en los extremos.
Los capitanes de esta tropa son los mismos que consiguieron el ascenso. Uno es de Logroño y el otro de Albacete, pero la calidad que poseen en sus pies no entiende de lugares. Rafael Sastre llegó este verano para darles descanso.
Omar, Ebert y Neira ocupan unas bandas que quedaron despobladas al final de la pasada temporada. El mago del balón sigue siendo fijo en la mediapunta, mientras que el joven Lolo intentará aprender todo lo posible de él para ser el ‘diez’ del futuro.
Cuando algo funciona bien, ¿para qué tocarlo? Al igual que en el centro de la defensa, el medio del campo no ha variado respecto al curso anterior. Rubio pone la clase en un espacio determinado del campo. Se integra entre los centrales para sacar el balón jugado, como a Djukic le gusta, y cuando el juego está en el campo rival sabe dar el pase preciso en el momento adecuado.
Por su parte, Víctor Pérez es el omnipresente. Cuando el Real Valladolid tiene la posesión allí está él para ayudar a mover la pelota. Además, cuenta con mucha calidad en sus botas y tiene un gran disparo desde fuera del área. Sastre fue la última incorporación.
El de La Masía tiene un perfil más parecido al del riojano que al del manchego. Con veintiséis años, llega para recoger el testigo cuando Rubio no pueda más, como el ‘comodín’ Baraja. Su desplazamiento del balón en largo es una de sus mayores virtudes, gracias a la cual, en ocasiones, se erige como sustituto de Pérez.
En las bandas, la preocupación era máxima cuando los dos titulares –Nauzet y Sisi- y el primer recambio –Jofre- abandonaban el club blanquivioleta el pasado rreinta de junio. Ahora, con una pretemporada y tres jornadas de Liga disputadas, la afición vallisoletana está más tranquila con los nuevos jugadores.
Ebert ha sido el que más furor ha causado. Su guante en el pie derecho y el derroche físico que viene realizando es espectacular. Si las lesiones le respetan, el equipo tendrá un extremo derecho de garantías durante mucho tiempo. Omar Ramos ocupa la banda contraria. Un jugador con mucho talento en su pierna izquierda pero que no ha llegado a explotar en la élite del fútbol. El rápido y habilidoso tinerfeño tendrá que lidiar con Dani Alves, entre otros.
Por su parte, Neira puede jugar en todas las posiciones ofensivas. Donde mejor se desenvuelve es como segundo punta, pero también puede jugar escorado a las bandas. Le falta una velocidad, pero tiene mucho descaro y, si es capaz de acoplarse lo más rápido posible al ritmo europeo, puede ganarse la confianza del entrenador.
Detrás de Guerra nos encontramos a Óscar. El salmantino hace magia cada vez que toca el balón. Regresó a su segunda casa para devolver al equipo a Primera y lo ha conseguido. Además de dar el último pase también sabe marcar goles. Los veinte conseguidos en las dos últimas ligas le avalan.
Lolo, con diecinueve años, es ahora mismo la perla de la cantera. La temporada pasada fue uno de los más destacados en el filial. Se ha ganado por méritos propios un sitio en la primera plantilla. Joven y atrevido, tiene todo para triunfar en el mundo del fútbol. También puede jugar como delantero, aunque con el serbio lo hace sobre todo tirado a una banda.