El Real Valladolid ve como se cierra el mercado de fichajes sin realizar ninguna incorporación de última hora. De los seis jugadores descartados por Miroslav Djukic, Alberto Bueno y Manucho, finalmente, se quedan y engrosarán una plantilla muy corta.
Los minutos se esfumaban de la Avenida Mundial ’82, y entre el frescor nocturno que recuerda la llegada de septiembre, no se avistaban noticias, sólo luz, en las oficinas del Nuevo Estadio José Zorrilla. Sequía, desierto. Quietud exterior, mientras detrás de las paredes del estadio se fraguaban y destruían las opciones de ampliar un plantel escaso para afrontar una competición de máxima exigencia.
Miroslav Djukic pidió tres o cuatro fichajes para reforzar el centro de la defensa -construida en torno a Rueda y Valiente, a quienes se le agrega el portugués Henrique Sereno, dos hombres para ocupar las bandas -compuestas por Ebert y Omar, además de la incorporación del canterano Lolo- y un delantero que sea capaz de suplir al referente Javi Guerra. Y confió en que el melodrama finalizaría con una sonrisa.
Pero, la coyuntura económica instalada en Valladolid, con la última palabra para los administradores concursales, arroja un realismo que se ha dejado ver en una lenta ejecución de las operaciones de salida e inexistente en las de entrada. Todo para el final. Y las prisas son malas consejeras, más aún en el delicado estado por el que atraviesa el club blanquivoleta.
En la tarde de ayer, Víctor Mongil cerraba su traspaso -libre- al Atlético de Madrid B. La falta de oportunidades que vaticinaba en el primer equipo, pese a haber realizado toda la pretemporada a las órdenes de Miroslav Djukic, han terminado con un acuerdo que lo aleja de Zorrilla, al menos, por dos temporadas. El club pucelano se reserva una opción de recompra en 2013, aunque la vinculación con el club madrileño se ha fijado en dos años.
Por el traspaso, el Real Valladolid acogería a Jorge Pulido, central de la cantera rojiblanca e internacional con las categorías inferiores de la Selección Española. Así, Djukic colmaría su petición de un defensor más, con cierto cartel. Sin embargo, la operación se quebró, por lo que la plantilla pierde un efectivo para un puesto que demandaba el entrenador.
Las negociaciones para contratar a jugadores de ataque se han desenvuelto en un escenario parecido,conviertiéndose en las verdaderas protagonistas de las últimas horas en el mercado veraniego. Desde Radio Marca, se lanzaba el nombre de Daniel Pacheco, futbolista del Liverpool, por el que, se afirmaba, el club estaba realizando un notable esfuerzo. También, se dibujaba en los aledaños del estadio la figura de la joven promesa del Oporto, Iturbe, como otra posibilidad a barajar.
Mientras el nombre de Pulido se iba desvaneciendo y el de Pacheco tomando forma, se comenzaban a confirmar las últimas salidas de los descartes: Marquitos -ha logrado la carta de libertad, al igual que Jorge Alonso- y Razak -inédito en toda la temporada anterior. La plantilla se definía a la espera de una ilusión a la que muchos aficionados se agarraban.
Pero el Real Valladolid traspasó la línea temporal de la madrugada y ninguno de los nombres se hacían tangibles. Ninguno aterrizaba en el Nuevo Estadio Zorrilla. Diecisiete fichas conformaban, por tanto, el primer equipo, sumando la continuidad de Alberto Bueno y Manucho, más la de Lolo, integrante a todas luces del Real Valladolid.
Miroslav Djukic tendrá que observar, más si cabe, a los jugadores del Real Valladolid Promesas, para completar convocatorias e intentar confeccionar un once con pocas piezas, y así, como él predica, «continuar siendo fieles a nuestro estilo». Fieles en una temporada que, para el preparador físico del equipo blanquivoleta, Dejan Ilic, se presenta «infernal».