Rubén Arranz habla del ‘cambio’ de Bueno por Neira y de la división que provoca la decisión de Djukic de prescindir del primero.
Hace pocas fechas, el Real Valladolid confirmaba que buscaba una salida a Alberto Bueno al no entrar ni en los planes del club ni en los de Miroslav Djukic. Unos especulaban con que no se contaba con él por motivos extradeportivos, como una supuesta discusión en la fase de ascenso que tuvo con el míster tras no ser alineado en ningún partido. Otros lo hacían con que es un asunto puramente deportivo, que Djukic quiere gente luchadora, que se deje todo en cada entreno y en cada partido y supuestamente Bueno no reúne esas condiciones. Los últimos creen que es un asunto puramente económico, ya que Bueno cuenta con unas de las fichas más altas de la plantilla y el club, entre otras cosas, tiene que hacer frente al pago de una cláusula reflejada en el traspaso de Guerra al Valladolid por parte del Mallorca, en la que si el Real Valladolid ascendía debería abonar en torno a 700.000€ al club balear.
No obstante, en favor del madrileño hay que recalcar que él firmó el contrato que el club le ofreció, por lo tanto está en su pleno derecho en reclamar hasta el último céntimo y en caso de que le pidiesen una rebaja en su ficha él no estaría en la obligación de aceptar. Los contratos están para cumplirlos, tanto por los jugadores, como por los clubes que, según les venga el aire (jugador o club) se ciñen al contrato o se olvidan de él.
Todo esto entra dentro de lo normal. De lo normal en un club de fútbol profesional. De contar o no contar con los jugadores que considere la dirección deportiva, el entrenador o ambos en consenso.
Sabemos de la calidad de Bueno, sabemos lo que puede aportar y lo que puede dar al club, pero no olvidemos que es un profesional que vive de esto, el club está en pleno derecho en prescindir de él si llega una oferta de otro club y Alberto Bueno ha vivido antes sin el Real Valladolid y el Real Valladolid sin Alberto Bueno.
Está bien, muy bien, que tenga muchos fans, sinceramente yo soy uno de ellos pero, lo que no podemos hacer es dividirnos en grupos. Con la llegada de Neira, discutido por su falta de intensidad en los entrenamientos, se han creado dos grupos que, en el partido de entrenamiento entre el Real Valladolid y el Promesas del lunes pasado se han hecho notar.
Primero están los pro-Bueno que, tanto sorprendente como injustamente abuchearon a Juan Ángel Neira, como si el bueno del argentino tuviese la culpa de que el club quiera prescindir de Bueno. Luego están los pro-Neira que, poniendo la mano en el fuego, no conocen absolutamente de nada al argentino pero le utilizan para criticar a Bueno en las redes sociales.
Dentro de estos grupos podemos decir que hay dos subgrupos, los que critican a Djukic por dejar al ‘pobre’ de Bueno fuera del equipo y los que enfervecen al saber que el club no quiere que continúe Bueno como si éste fuese un Jairo Castillo de la vida.
En la temporada 2009/10, la del cese de Mendilibar, se criticaba al club porque no diese un golpe en el vestuario y dijese «Mendilibar es el míster y al que no le guste, ahí tiene la puerta» y todos sabemos cómo terminó el asunto. Asunto que recordarlo, sinceramente duele, no sólo por el cese de Mendi, sino por toda la temporada en general.
Y ahora que Djukic parece que tiene mando y decide en parte sobre la plantilla la gente se posiciona en lugar del jugador, en vez de apoyar al míster que, más más o más menos, entiende de esto y sabe cómo hacerlo. Al menos se ha ganado que tengamos confianza 100% en él.
Comprendo y respeto a la gente que prefiera a Bueno, comprendo y respeto a la gente que no le quiera pero, por favor, hagamos todos una reflexión y no caigamos en los mismos errores de la temporada del descenso en la que estaban los pro-Mendi y los pro-Haris/Pelé.
Cuando queremos decidirnos por algo, siempre ponemos en un lado los pros y en otro los contras, pero en mi humilde opinión en este caso tantos pros pueden tener muchos contras. Los únicos pros que deberían existir son los Pro-Real Valladolid y el resto dejar hacer el trabajo a la dirección deportiva y al cuerpo técnico, con Djukic a la cabeza.
A final de temporada, pase lo que pase, podremos valorar si estaba bien o mal. Podremos decir si la gente estaba equivocada o si mi artículo también lo estaba, que también es otra posibilidad. Por favor, todos unidos en una temporada que será difícil pero que seguro vamos a conseguir salvar ¡Aúpa, Pucela!