Daniel Rivera, conductor de ‘Rumbo Adelante’, espacio dedicado a la segunda división en Radio Castilla y León, habla de los jugadores más utilizados de inicio por Miroslav Djukic a lo largo de esta temporada.
Una vieja leyenda que circula en el complejo mundo del fútbol reza que los equipos habitúan a jugar de forma similar a como lo hicieron sus entrenadores cuando todavía se ataban las botas cada domingo. Pep Guardiola, por ejemplo, es el primer técnico que se te viene a la mente cuando piensas en ello.
Sin embargo, en Valladolid, la tónica solía ser radicalmente diferente. José Luis Mendilibar, Javier Clemente u Onésimo, mediapunta y extremos respectivamente, optaban por tener un equipo sólido, sin excesivas individualidades. Y eso solía porque ya no es así.
Miroslav Djukic, defensa, elegante donde los haya, combinaba como futbolista la seguridad que le permitió ser uno de los mejores centrales de la Liga y la técnica propia de un jugador de exquisito trato con la pelota. Algo que logró imprimir al equipo desde sus primeras semanas en el banquillo blanquivioleta.
Pronto encontró su once y lo dibujó a su imagen y semejanza. Una alineación que se sacó de la chistera que todos los genios se guardan debajo de la manga, inventó posiciones para dar cabida a aquellos que consideraba vitales, retocó aquello que no funcionaba, apostó por los que se ganaron su confianza y condenó a aquellos que le defraudaron. Pese a ser novel, fue el técnico que todo técnico debería ser.
A quién sino a él se le podría aplaudir por apostar por Jesús Rueda como central, un futbolista que tenía pie y medio fuera del club en verano y que ha terminado formando junto con Marc Valiente la mejor pareja de centrales de la Liga Adelante.
A quién sino al almirante Djukic se le podría alabar por cambiar a un zurdo de su hábitat natural para hacerlo jugar en la banda contraria y que, además, el ‘experimento Balenziaga’ terminase por salir tan bien.
A quién sino a él se le debe corear por morir con la idea de que Víctor Pérez tenía y debía ser uno de los dos centrocampistas del pivote. A quién sino a Miroslav Djukic. Cuestiones por las que fue cuestionado, decisiones decisivas que han terminado aupando al Real Valladolid al paraíso de la primera división.
Jaime, Balenziaga, Rueda, Valiente, Peña, Víctor Pérez, Nafti, Nauzet, Óscar, Sisi y Javi Guerra. El once que poca gente de sangre blanquivioleta olvidará, la alineación que compartirá rincón en la memoria con aquella de los Borja, Marcos, Víctor y Joseba Llorente.
Once jugadores que en todo momento se han sacrificado para ascender aunque supiesen que el año que viene estarán muy lejos de aquí. Once jugadores, quizá doce con Álvaro Rubio, trece con Alberto Bueno y catorce si contamos al eterno jugador número doce, Jofre. Sonará a epopeya, porque lo es, únicamente ellos saben lo que han sufrido para llegar hasta aquí. Y ha sido mucho.
Y debemos de estar de enhorabuena. No sólo por el ascenso, también porque el año que viene estará la columna que ha mantenido erguido al Real Valladolid. De los once se marcharán dos, a lo sumo tres. Y es una grandísima noticia porque mantendremos a aquellos que nos han hecho sentir orgullosos del #SomosValladolid, continuaremos coreando sus nombres porque ellos han sido y son Valladolid.