Guillermo Sierra es director de la editorial vallisoletana Spica, encargada de la edición de revistas relacionadas con la arquitectura.
La empresa vallisoletana Spica Editorial se centra en la edición y publicación de revistas de arquitectura y está afincada en capital del Pisuerga. Detrás del trabajo que supone embarcarse en proyectos de este calibre, dentro de un negocio arriesgado, existe una persona que, atraída por el periodismo y empeñada en publicar sus revistas desde muy joven, fundó esta editorial que dirige desde entonces. Hablamos con Guillermo Sierra, quien, además, tiene otra pasión: el Real Valladolid. Tal es así que inscribió a su hija en la familia blanquivioleta antes que en el Registro Civil. Pasen, pasen y lean.
Pregunta: ¿En qué momento te planteas inscribir antes a tu hija como blanquivioleta que en el Registro Civil?
Respuesta: Esto no se plantea, es algo que te sale de dentro en el momento. El Registro es un trámite y el carnet es cuestión de principios.
P: ¿Cómo reaccionó la madre al saberlo? Porque lo sabe, ¿no?
R: Sí, bueno… lo asumió sin problema, aunque no le gusta el fútbol mucho.
P: ¿La has llevado ya a Zorrilla?
R: Justo ha pillado el invierno y es demasiado pequeña, pero por ejemplo vimos juntos en el hospital el partido contra el Numancia de la primera vuelta. En esas semanas siguientes pusieron varios partidos a las cuatro, televisados, y no puede asistir. Los vimos juntos y ganamos todos -Alcoyano y otros-.
P: ¿Le ha comprado alguien ya la equipación del Pucela?
R: Es una tarea pendiente ya que quiero esperar a que sea un poco más autónoma, que se siente o pueda andar.
P: ¿Te costó convencer a tu mujer de que te dejase vestir también el carrito con los colores del equipo?
R: No. Además de ser los colores del equipo, son los de Castilla. Los hizo su madre con mucho esmero y ha quedado todo muy bien. Tiene el saco del capazo, las toallas de baño tienen los bordes con franjas blanquivioletas, algunos baberos… toda una indumentaria de gala. Todo está bordado con las mejores telas y con maestría. Si estuvieran a la venta en las mejores boutiques, se venderían mucho mejor que otros diseños.
P: ¿Cómo lleva ella esa obsesión?
R: ¿¡Qué obsesión!? Es lo más normal del mundo, el violeta es un color muy elegante, está de moda y la combinación blanquivioleta queda muy bien. No querrás que vaya de Osasuna o Racing…
P: El veinte de febrero se cumplieron treinta años desde que el estadio Nuevo José Zorrilla fuera inaugurado. ¿Destacas algún momento o experiencia vivida en el estadio que puedas contar?
R: En el estadio estuve en el partido inaugural, en la victoria contra el Bilbao por uno a cero. Recuerdo también contra el Bilbao y el Depor las eliminatorias de Copa cuando jugamos la final en Madrid. También en Segunda, cuando estuvimos un año y subimos en Palamós. Hacíamos hogueras en toda la tribuna B porque no había sillas, no se veía nada de la niebla en partidos contra el Lugo, Sestao… Luego, recuerdo el partido de promoción contra el Toledo de Manzano, con Chuchi Macón, contra el que yo había jugado a fútbol sala muchos años antes (yo en La Glorieta y él en el Jacinto Benavente).
P:¿Y alguna locura relativa al Real Valladolid -aparte de la anécdota con tu niña-?
R: No son locuras, pero el año que bajaron el Sevilla y el Sporting fui a los dos viajes. Íbamos 2000 personas en tren a cada ciudad. Bueno, bueno. Lo de Gijón fue bárbaro por el resultado y gracias a la ría porque nos tiraban botellas todo el camino de vuelta al tren. Lo de Sevilla fue peor, porque teníamos el partido ganado y con penalti a favor. Pero Víctor falló y nos empataron. Estuve en el campo del Betis por la mañana viendo el partido de su filial y todos nos animaban. Pero luego alguno se vino por la tarde y empezaron a animar al Betis. Muchos recordarán la salida del estadio, las pedradas que recibimos, la policía montada a caballo, la procesión de 2000 seguidores del Valladolid hasta la estación.
Como locuras realmente recuerdo dos, cuando fui a Sevilla al campo del Betis. Ver al Betis dejarse ganar y a Marcos regalar el gol al Betis, y luego al presidente hacer teatro llorando fuera con los aficionados, fue todo muy contradictorio. La última locura fue en mayo de 2010. Se me ocurrió el día anterior a la última jornada comprar el billete de avión para Barcelona. Salí con mi primo a las diez de Valladolid y ver a Manucho fallar a puerta vacía lo dice todo. El resto ya lo hizo Jacobo.
P: Esta temporada, ¿crees que el vestuario del Real Valladolid está muy unido para poder acometer el objetivo del ascenso directo con más posibilidades?
R: Los tiros no van por la unión del vestuario, que creo que sí que la hay. La cuestión es que el entrenador ponga a los mejores y no a los capitanes y a los que más entrevistas hacen en la prensa. Los equipos que triunfan son los que ponen siempre a los mejores. El Madrid con Cristiano y el Barcelona con Messi.
P: ¿Crees que el aficionado es realmente consciente de los efectos de la Ley Concursal en el club y los jugadores?
R: No, para mí es secundario. Para mí lo importante es ganar partidos y títulos. Prefiero ganar una liga y bajar el año siguiente a Segunda. Haces que todos los años sean especiales, con espectáculo diferente y siempre luchando por algo. Pasarse las temporadas siendo el decimocuarto se convierte en monotonía. Los equipos que arriesgan triunfan a veces y aunque no arriesgues puedes bajar o sufrir económicamente. Además, por ahora ningún club de los tramposos como el Zaragoza sufre consecuencias administrativas.
P: ¿Te sientes especialmente preocupado por ello?
R: No. En nada. No creo que Carlos Suárez hubiera comprado el club si fuera a desaparecer. De hecho, compraría acciones si se abriera el club a la afición. Cuando se hicieron las Sociedades Anónimas no pude.
P: El equipo lucha arriba desde el principio de campaña. ¿Qué jugador o jugadores de la plantilla crees que están sobresaliendo sobre el resto? ¿Con cuáles, por tanto, te quedas?
R: Me quedo con los jugadores de calidad y con inteligencia. No me sirve lo de sentir los colores y ser un tuercebotas. Los que sienten los colores que vengan a la grada a animar. Nadie juega apático porque sí, aunque, como en la mili, el valor se presupone y aquí la motivación también.
Hay jugadores que tienen mucha más calidad e inteligencia y serían capaces de asociarse si jugaran juntos. Luego hay otros que dan el equilibrio, como Nafti y Balenziaga, cada uno en su puesto. Pero no se puede andar con medias tintas. Para atacar deben jugar los que sepan jugar bien, rápido y en equipo: Guerra, Óscar, Nauzet, Bueno y Jofre tienen mucha más calidad que Sisi, y el equipo juega mejor, sin ralentizar contraataques, y los resultados son mucho mejores cuando Sisi no juega.
Sólo hay que mirar las estadísticas y ver los partidos. Sisi sólo vale para partidos atascados, salir a desorganizarlos por completo, forzar alguna falta y en algún caso puede sonar la flauta y ganar, aunque normalmente perdemos.
P: ¿Compartes la idea de juego que propone Miroslav Djukic? ¿Confías en el técnico serbio para lograr el objetivo de volver entre los grandes?
R: Djukic está muy influenciado. Los mejores jugadores del equipo siempre son sustituidos y Sisi juega siempre todo el partido, nunca lo sustituyen, aunque casi nunca juega bien. Un entrenador no debe motivar porque todos deben venir motivados de casa. Pero sí puede desmotivar con sus decisiones, y lo de jugadores intocables porque van a comer con la prensa desmotiva a los que dan más al equipo (más goles, más asistencias, menos pérdidas…).
P: Nos ha dicho un pajarito que te habría encantado dedicarte al periodismo. ¿De dónde viene ese interés y por qué no se hizo realidad?
R: Bueno, era una alternativa que no pude estudiar porque no estaba la carrera en Valladolid. Participé en revistas en la época universitaria y luego fundé una editorial para publicar revistas, que con orgullo y mucho sacrificio sigo dirigiendo.
P: De haberte dedicado al periodismo, ¿qué habrías preferido, prensa, radio o televisión? ¿Habrías preferido otra rama del periodismo antes del deportivo?
R: En primer lugar, prensa, revistas especializadas más que actualidad. Radio también llegué a hacer un año entero en Onda Verde. Televisión lo veo más lejano, pero siempre depende del programa o lo capacitado que me viera para ciertos temas.
Creo que me habría gustado más ser periodista económico. La carrera que hice me lo habría permitido y nunca se sabe. Siempre tengo que escribir algo para mis revistas en papel y digitales.
P: En relación al periodismo deportivo en España, ¿es necesaria una transformación o ya la estás notando en algunos medios de comunicación?
R: La transformación está empezando, en todos los sectores. No sabemos bien dónde se va a ralentizar la transformación. Quién sabe si las redes sociales son sólo una herramienta para el cambio; pero no están para quedarse en la nueva economía que ha de surgir como medio importante.
P: ¿Necesita el deporte acercarse más todavía al mundo literario para ser mejor considerado entre quienes lo banalizan o ven insustancial?
R: Creo que cada vez está menos banalizado como deporte, pero sí creo que cada vez hay más literatura oportunista en torno al deporte.
P: En tu editorial publicáis especialmente contenidos sobre la construcción. ¿Nunca te has planteado llevar esa pasión por el Real Valladolid a una publicación?
R: Sí, claro. Lo que creo es que hay gente mucho más valiosa y cercana al club. Iniciativas tuvimos, ya que pusimos en marcha una revista de deporte y salud que duró un año y la colaboración con el Valladolid se quedó en buenas intenciones. Y gracias a otras muchas buenas intenciones que no querían concretar tuvimos que parar temporalmente la revista.
P: ¿Cómo titularías una historia sobre la actual temporada del club blanquivioleta?
R: Una bici sin cambios para un Valladolid en una contrarreloj sin favoritos.
P: ¿Hacia dónde crees que caminarán el papel y el periodismo ante la actual crisis?
R: Muy complicado. Yo sigo manteniendo mi revista de construcción en papel y esperemos seguir mucho tiempo. Los periodistas, los diseñadores y los economistas lo tienen crudo porque cualquiera se puede inmiscuir. Otras profesiones se lo trabajaron mejor: abogados (cualquiera te defiende mejor que un abogado), arquitectos, médicos…