Al antiguo meta del filial no se le asignó ficha para esta temporada pero, pese a ello, sigue trabajando como el que más en busca de poder convencer a Djukic y, si las salidas lo permiten, obtener una plaza en el equipo en el próximo mercado invernal.
José Antonio Salcedo Sánchez (Valdeganga, Albacete, 01-10-1990) se formó en la cantera del Albasit para luego irse al Albacete Balompié en juveniles, desde donde después decidió emprender camino fuera de nuestras fronteras.
Se enroló en las filas del Excelsior Mouscron, pero las deudas del equipo belga conllevaron su desaparición y en enero del 2010, llegaba para reforzar al filial del Real Valladolid.
La pasada temporada encontró el premio de debutar con el primer equipo, aunque fuera a consecuencia de la expulsión de Javi Jiménez en el campo del Villarreal B.
En el verano se apuntó a la posibilidad de que tuviera ficha con el primer equipo, después de hacer la pretemporada a las órdenes de Miroslav Djukic -con quien ya coincidió en Bélgica-, pero finalmente no fue así. Tampoco encontró oferta alguna que le convenciese, por lo que, sin ficha, sigue entrenando al máximo a diario, a sabiendas de que no tendrá oportunidad alguna el fin de semana.
No es una situación nada cómoda para José, pero tirando de orgullo y sacrificio está logrando salir adelante e intentando demostrar a Miroslav Djukic que tiene un sitio en el primer equipo. Juega como baza ese conocimiento que el serbio tiene de sus cualidades, pese a que los problemas del Excelsior le llevaron en su día a dimitir antes de que Salcedo decidiese volverse a España.
A pesar de su lucha por hacerse un hueco en el Real Valladolid, no descarta que su futuro se resuelva de otro modo, bien en modo de cesión o de una rescisión de contrato que le asegure ganarse un puesto fuera, allí donde le dejen. De no ser así, su esfuerzo seguirá siendo el de siempre, máxime cuando en Valladolid, por la ciudad y sus gentes, se encuentra muy a gusto.