
José Antonio García Calvo se ha despedido esta mañana en la sala de prensa del estadio Nuevo José Zorrilla, y lo ha hecho dejando huella. En una temporada en la que ha ejercido de director deportivo, el ex blanquivioleta no ha tenido toda la fortuna deseada. Ni tampoco, toda la consideración esperada, motivo por el que ha decidido abandonar la entidad presidida por Carlos Suárez. «La decisión de dejarlo ha sido mía. Me voy porque hay cosas que no me han gustado y no sé para que me querían aquí. No me gustaba cómo se estaba actuando en el club. Lo primero era saber si soy el director deportivo o el que va a ayudar a Jesús Navarro a arreglar los campos de fútbol».
Se ha referido al nuevo dueño del Real Valladolid en términos duros y críticos. Achaca al presidente el poco protagonismo que como director deportivo ha tenido. “Un día me reuní con el presidente, y el entrenador ya estaba contratado, y con los jugadores era igual. El que decide es el presidente», manifestó para los medios vallisoletanos.
Tampoco ha querido obviar el conflicto con el traspaso de William Ferreira que imposibilitó su participación en el segundo tramo de la pasada campaña. En consonancia con la línea agresiva de la despedida, volvió a referirse a Carlos Suárez como culpable de las consecuencias finales del caso Ferreira, ya que, al final, el delantero uruguayo tuvo que rehacer las maletas y volver al Bolívar. «Si alguien es responsable de que William no esté en Valladolid es el presidente, no José García Calvo”.
También ha agradecido al club y a los aficionados todo el apoyo recibido durante una temporada que ha calificado de complicada, en la que no ha podido desenvolverse como él hubiera pretendido. Por último, ha defendido su trabajo y sentimiento dentro del club y ha elogiado a los trabajadores de la entidad a los que ha descrito como “súper válidos”. Una experiencia un tanto amarga de la que asegura no arrepentirse y de la que ha aprendido mucho. “Lo primero para mí ha sido el equipo”, afirma.