
Clemente va camino de obrar el milagro. El de Barakaldo ha reconstruido un equipo a la deriva y lo ha situado en la lucha por la permanencia en vez de dejarlo morir ahogado. Sin florituras, ni hay tiempo ni se precisan, pero con el pragmatismo del que necesita ganar finales al precio que sea.
El equipo blanquivioleta volvió a exhibir en El Molinón la misma solidez defensiva que le ha caracterizado en las últimas jornadas. Con el retorno de Asier Del Horno a la alineación titular tras cumplir sanción en Málaga, el «rubio» optó por recuperar la «falsa» defensa de 5 con la que desarboló por completo al Sevilla hace diez días. La otra novedad significativa vino de la mano del expedientado de Pelé, que fue de la partida en el medio campo formando pareja con Javier Baraja.
De esta guisa, el Pucela saltó al terreno de juego gijonés mentalizado para no cometer errores atrás y para aprovechar las oportunidades que surgiesen a la contra.
Durante la primera parte, éstas no sólo no brotaron, sino que por suerte el conjunto de Preciado tampoco estuvo fino. Entre Canella y Diego Castro hicieron que el juego rojiblanco se inclinara casi inconscientemente por banda izquierda, sin que Nauzet colaborase en tareas defensivas.
El choque dio un giro de 180º al cuarto de hora de la reanudación. Keko sustituyó al canario y dio aire al equipo pucelano en ataque. El Valladolid no pasaba apuros, pero faltaba rematar al rival. Así se fue madurando un triunfo que, fiel a la mejor tradición humorística de Leo Harlem, llegó en el tramo final, justo cuando más se sufre.
Con sólo diez minutos por delante para la conclusión, una buena jugada personal del canterano atlético por banda la culminó el angoleño Manucho con un cabezazo inapelable. El Sporting acusó el golpe, aunque trató por todos los medios de lograr la igualada. En pleno asedio en busca del empate, y sobre la bocina, llegó el tanto de la tranquilidad, obra de Baraja.
Tres puntos que, unidos al empate in extremis del Mallorca ante el Málaga, dejan al Valladolid a sólo dos de la salvación. YES, WE CAN!